(Texto: Federico Soubrier) Como quiera que no realicé mis deberes patrióticos y me salté a la torera el festival de Eurovisión perdiéndome como el gallo portugués tocaba el cielo mientras el español descendía hacia el averno, me propuse a redimirme, escuchando de pe a pa el debate de los aspirantes del PSOE a Secretario General.
A groso modo, me dio la sensación de que allí se había colocado tres cubiertos para repartirse un plato que, a mi entender, lleva el camino del francés, cada vez está más vacío y es posible que termine desintegrándose.
En cualquier caso, volviendo a un debate en el que Patxi López ejerció de cuchara ya que salvo alguna frase ingeniosa, ni pinchó ni cortó, mientras que Susana, la que se atreve a decir poco menos que Andalucía es un Edén gracias a ella, se infló a pinchar como tenedor sin ningún proyecto en el mango.
Gracias al “no es no”, posicionamiento de Pedro después de saltar de flor en flor, éste pudo cortar la hipotética tarta, siéndole muy fácil aducir que los otros se vendieron al PP por un puñado de tronos, cuestión difícil, diría casi imposible, de explicar a los socialistas de verdad, a aquellos que se dejaron el alma en el empeño porque creían en lo que hacían sin esperar de ello ninguna compensación, quiero decir económica ya que la moral la tuvieron y la tendrán de por vida.
Lo cierto es que ahora Pedro confunde una moción de censura para echar al infectado PP, con que no lo apoyaran para investirlo presidente, una cosa son las churras y otra las merinas, mira por nosotros y olvida la Moncloa, al menos de momento.
De la reina de Andalucía, lo digo porque en su discurso parece cuanto menos que ha derrotado a Boabdil, decir que mal recurso encumbrar a Felipe y a Zapatero, que las hemerotecas apestan, que el PSOE no es lo mejor que le ha pasado a España, y que se le da mejor ir convenciendo ancianos por las plazas de abastos. No sigo porque bastante tiene “la pobre” con Jesús Candel, ese médico de Granada que no tiene nada que envidiarle a las moscas cojoneras, que no para de ponerla en el lugar que le corresponde. Me quito el sombrero ante ese singular caballero y espero que jamás se dedique a la política.
Olvidaba la desatinada frase de “No mientas, cariño”, menuda Presidenta del Gobierno tendríamos si lo suyo fraguase, suerte que ella no miente y su autonomía es la mejor.
En unos momentos en que la cara del PP tiene más granos que un adolescente picado y no sé dónde anda la izquierda, termino mis deberes dando como holgado vencedor del manido debate a Pedro, aclarando que se lleva un par de puntos por dimitir en su día y renunciar al Acta, y me quedo con la seria preocupación de que en Alemania, un soldado de ultraderechas que se hacía pasar por refugiado fuese detenido por planear un atentado, hecho que, de haberse llevado a cabo, hubiese cambiado de nuevo radicalmente la intención de voto de muchos despistados.
Visto lo visto, jamás se puede estar seguro de lo que nos deparará el futuro.