(Firma: José Jesús Conde) Desengañémonos. En esta ciudad nuestra de cada día ya no cabe más recomendación que el ejercicio masivo del voto. Creo que Huelva sigue encontrándose, hoy por hoy, en ese estado de espera en el que la palanca de un proyecto político de envergadura y coherente con su identidad pudiera hacerla despegar definitivamente del talante, aún provinciano, que la mantiene atada desde hace años. Tengo la impresión de que estamos en un momento clave para que la denominada modernización llegue también a esta tierra -marinera por excelencia, nunca se olvide-, y de este modo poder competir con argumentos verdaderamente sólidos en todos aquellos acontecimientos de relevancia que se celebren tanto fuera como dentro de la comunidad autónoma andaluza.
Desengañémonos. Se hace del todo necesario que el día 26 hagamos un hueco en nuestra agenda para ir a votar. Pues que Huelva no puede permitirse por más tiempo el lujo de continuar en la estacada por culpa de programas de gobierno municipal rancios y, sobre todo, de condición especulativa, que no han logrado sino encorsetarla y alejarla de una realidad incuestionable y que está ahí, se quiera o no se quiera ver. Los que creemos en otra Huelva queremos una Huelva del siglo XXI. Una Huelva que sepa “explotar” toda la simbología que por su propia historia atesora. Una Huelva que se rodee de la infraestructura necesaria como para poder tratar de tú a las demás ciudades españolas. Una Huelva que se encuentre perfectamente capacitada para compaginar, sin complejos de ningún tipo, pasado y futuro en un presente de continuos esfuerzos y en el que la blanca y azul ondee siempre con la categoría de primera.
Los que creemos en otra Huelva queremos una Huelva libre. Libre de ceremoniales caducos, que son precisamente los que conducen de manera inevitable a la parálisis de su desarrollo que debería ser, por otra parte, imparable. Libre de ese falso “onubensismo” que portan algunos durante todo el año en los labios y que lo que oculta es auténtica inoperancia y desengaño a raudales para el ciudadano. Libre de la especulación a base de piqueta y que tanto hiere a la vieja Onuba en su histórico antepasado. (Hace ya algún tiempo que en esta ciudad se construye sin escrúpulos)
Que los que creemos en otra Huelva distinta a la que ahora tenemos, queremos una Huelva más culta, más vanguardista, más participativa, de menos círculos viciados, de menos mesa camilla; en la que don Juan Ramón Jiménez, por ejemplo, poeta universal, sea siempre un referente y no una excusa. Una Huelva que se abra ya, de una vez por todas y sin tapujos ni fariseísmo, hacia su otrora bendita ría. Una Huelva de la mar completa, volcada por entero sobre los azules y los blancos-espuma que bañan a diario los corazones de los que en ella habitan.
Así que por si fuera posible todo ello, y como dijo un compañero de columna, “con los zapatos puestos o sin ellos”, el día 26 hay que ir a votar, onubenses.