Trabajadores y comité de empresa del Centro Residencial para Mayores ‘La Orden’ de Huelva han denunciado la brutal agresión sufrida por el director de dicho centro este pasado miércoles, 17 de junio. Según cuentan los trabajadores, la agresión se produjo cuando el director del centro intentó mediar con un residente en estado de embriaguez. Fue entonces cuando «recibió de éste un brutal bastonazo que impactó en su cabeza».
El personal de la residencia denuncia también, que «a esto hay que añadir las continuas amenazas contra su persona y la del resto de trabajadores, dándose el caso de que una trabajadora sigue de baja laboral desde hace varios meses por otra agresión».
«Somos consciente todos los trabajadores que algún día ocurrirá alguna desgracia mucho peor que la descrita si no se toman ya las medidas oportunas. No es lícito que los trabajadores acudan a su puesto de trabajo bajo amenazas de muerte y con riesgo a ser agredidos», añaden.
Por todo ello, «queremos expresar nuestro más enérgico rechazo ante cualquier manifestación violenta de los residentes, estamos cansados de trabajar en estas condiciones de inseguridad, queremos que se tomen medidas inmediatas y efectivas ante este tipo de situaciones», aseguran.
TENSIÓN EN EL CENTRO
Explican los trabajadores que «desde el año 2008 este Centro Residencial para Mayores, al igual que el resto de Centros de titularidad pública de la Junta de Andalucía, acoge a residentes en situación de exclusión social.
Personas desde 60 años que, por una causa o por otra, sufren una situación de desigualdad, sin vivienda, sin recursos económicos, sin apoyo socio-familiar, garantizándoles un recurso social que ofrece una atención integral.
Muchos de ellos ingresan manteniendo un consumo elevado y diario de alcohol y otras sustancias, y con nula disposición a abandonarlo provocando en multitud de ocasiones situaciones conflictivas, rechazando cualquier intervención profesional que busque su deshabituación.
Entendemos que, indiscutiblemente, estos residentes deben permanecer en un Centro que cubra sus necesidades básicas, adecuándose a unos patrones de vida normalizados, con supervisión, apoyo y un seguimiento profesional adecuado y continuado, aunque consideramos que deben hacerlo en un Centro apropiado para ello, que aborde un tratamiento adecuado, ya que, mientras no sea así, todo hace indicar que estas situaciones indeseables se repetirán continuamente, situaciones que alteran de manera significativa la convivencia y tienen que sufrir el resto de residentes así como los trabajadores del Centro quienes tienen que soportar este tipo de conductas, viéndose inmersos en situaciones de inseguridad constantes.
No tenemos los medios técnicos ni humanos para atender con garantías este tipo de conductas disruptivas, seguimos denunciando la problemática del alcohol que dispara el nivel de agresividad, provocando malestar en los residentes, así como en los trabajadores, que observan la impunidad ante hechos tan flagrantes como amenazas de muerte y agresiones, resolviéndose siempre los expedientes disciplinarios con el traslado a otro Centro de estas mismas características en otra provincia, sin resolverse el problema de fondo, pasando el problema a otros compañeros.
Llevamos reivindicando durante años la mejora de las precarias condiciones laborales y la falta de seguridad. Tenemos derecho a asistir al trabajo sin temor a ser insultado, amenazado o agredido», concluyen.