No son nada halagüeñas las previsiones que maneja la Asociación Provincial de Hoteles de Huelva, asociación miembro del Círculo Empresarial de Turismo, de cara tanto a la temporada de verano como para lo que queda de año. Así a través de la encuesta realizada entre los establecimientos asociados que representan un total de 28.697 plazas de las disponibles en nuestro destino, así como de los informes elaborados por distintas plataformas de integración , Booking Centers y Channels Manager, a los que con carácter periódico tiene acceso esta Asociación, auguran un año más que complicado para el sector de alojamientos turísticos de nuestra provincia.
Los datos que maneja el sector de cara a los próximos meses de julio y agosto, momento en el que se prevé la apertura mayoritaria del grueso de establecimientos que conforman la oferta vacacional de nuestro destino, se sitúa en una ocupación media que en estos momentos se sitúa entorno a un 25,5 % (julio) y de un 36,7%( Agosto).
Por otra parte y analizando la proyección de la actividad hotelera desde comienzos de año a finales de este se destaca que a fecha 21 de junio, en el periodo 15 a 21 de junio respecto al año pasado, el número de reservas totales realizadas en ese periodo en comparación con el pasado año se sitúa en un -76,8% mientras que las pernoctaciones caen hasta un -72,7 %.
Del estudio realizado se desprende a su vez que el segmento familiar, cliente tipo de nuestro destino, se sitúa por detrás del segmento de parejas sin niños, con una diferencia a favor de este último de un + 32,7 puntos porcentuales. Por otra parte respecto a las estancias medias reservadas más del 41% de las reservas fueron fines de semana, seguidos por el 37,3% de estancias de 5-7 días y otro 20,5 por ciento para la opción de más de una semana.
Desde el sector se destaca, que a la baja activación de la demanda, hay que sumar que el comportamiento de los Pick Ups (Variación de las reservas en idénticos momentos respecto al año anterior) en determinados momentos puntuales de la semana pasada volvieron a ser negativos, cuestión esta que crea un gran incertidumbre apuntando a una alta volatilidad de las reservas realizadas, con un número incomprensiblemente elevado en estos momentos de cancelaciones sobre reservas muy recientes. A esto se suma que, las condiciones de cancelación son extremadamente flexibles y carentes muchas de ellas de penalización alguna, lo cual incide de manera directa y genera muchas dudas de cara a la realización de estimaciones, que por otra parte condicionan en algunos casos la reapertura y las retrasa a mediados del mes de julio, siendo este el caso de varios establecimientos hoteleros de la costa.
Llegados a este punto, y atendiendo a todas las señales que el mercado emite día tras día, se puede llegar a afirmar que esta va a ser una temporada muy complicada tanto a efectos de rentabilidad como a efectos de empleabilidad, por lo que desde el sector se critica y censura algunas voces, en absoluto autorizadas ni cualificadas, que desde algunas Organizaciones y Administraciones se realizan públicamente anunciando ocupaciones que, según ellos, podrían alcanzar más del 70%. A juicio del sector esto sólo puede provocar confusión y lo que es peor, dar la sensación de que con altas ocupaciones el destino se puede considerar como masificado, lo cual puede provocar un daño mayor en el comportamiento de las reservas e incluso de las cancelaciones del que a día de hoy ya se mantiene desafortunadamente.
Desde el sector se apela a la responsabilidad, y se ofrece a compartir los datos reales con aquellos que quieran tener acceso a ellos, con el objetivo de no incurrir en contradicciones y en una euforia desmedida que en poco o nada beneficia al sector hotelero y por vinculación a otros segmentos turísticos complementarios a este.
Por último, se quiere hacer un llamamiento al Gobierno Central, en el ánimo de que atienda a los planteamientos acordados por los representantes del sector a nivel nacional y las centrales sindicales respecto de la necesaria prórroga de los ERTEs derivados de causa de fuerza mayor y la modulación del compromiso de mantenimiento del empleo por 6 meses, ya que de no hacerse, se pondría en juego no sólo la viabilidad de las empresas, sino, el mantenimiento del empleo de cara al futuro.