La crisis sanitaria del coronavirus ha afectado a toda la población española de una forma u otra, pero las personas con discapacidad se han visto afectadas aún más de manera desproporcionada a causa de las respuestas y barreras que se han impuesto para hacer frente a la pandemia.
En España, casi un 10% de la población cuenta con algún tipo de discapacidad. Es decir, más de 3 millones de hogares españoles cuentan con una persona que en mayor o menor medida necesita algún tipo de ayuda en el día a día.
Para valorar la incidencia de la crisis sanitaria en este colectivo, el Comité Español de representantes de Personas con Discapacidad (Cermi) ha elaborado el informe “El impacto de la pandemia de la COVID en los derechos humanos de las personas con discapacidad en España”.
Vemos por ejemplo cómo las personas con trastorno del espectro del autismo o las personas con discapacidad psicosocial han vivido situaciones perturbadoras debido al confinamiento, además de la falta de recursos de rehabilitación, que son esenciales.
Asimismo, la accesibilidad universal a la información tampoco ha sido respetada. En los primeros días de crisis, ninguna de las comparecencias de las y los portavoces de salud pública fue accesible para las personas sordas, con discapacidad auditiva y sordociegos. Como tampoco lo estuvo el teléfono de emergencias 112.
Tampoco los estudiantes con discapacidad han contado con medidas de apoyo a la educación. Y en lo que se refiere a trabajadores con discapacidad, el 37% se ha visto afectado por un ERTE y tan solo un 14% ha podido pasar al teletrabajo frente al 34% de la población general.
Por otra parte, el 58% ha visto sus citas y revisiones médicas anuladas o aplazadas, según el informe “Impacto del Covid-19 entre las personas con discapacidad” de Fundación ONCE.
¿Cómo hacer frente a los daños psicosociales?
Conscientes de los innumerables agravios en los que se está viendo afectado el colectivo de personas con discapacidad, organismos oficiales y asociaciones se han puesto de manifiesto acciones que los diferentes Estados pueden llevar a cabo para aliviar la situación de las personas con discapacidad durante la pandemia.
Entre estas acciones podemos destacar:
Información en formatos accesibles: el lenguaje de signos o formatos fáciles de leer deberían ser siempre utilizados para facilitar información relacionada con el coronavirus.
Transporte adaptado: para mejorar las oportunidades de acceso al mercado laboral, en un colectivo especialmente perjudicado por la pandemia, se puede mejorar el transporte hasta los lugares de trabajo mediante vehículos adaptados para sillas de ruedas que les permitan desplazarse de forma segura.
Salud: asegurar las pruebas y tratamientos de las personas con discapacidad, incluso en la asignación de recursos médicos como ventiladores o cuidados intensivos cuando así lo requieran en igualdad de condiciones.
Actitud Activa: muchas asociaciones han puesto en marcha diferentes Guías para afrontar esta nueva realidad de forma activa, tanto para las personas con discapacidad como para sus familiares. A través de sesiones online se pueden compartir experiencias y estrategias para tratar la ansiedad, detectar la depresión, el síndrome del cuidador o la importancia de la vida activa. Una de ellas es la Guía para un Afrontamiento Activo de la Discapacidad que se enmarca en la Escuela Online de Afrontamiento Activo de Convives con Espasticidad.
Grupo Asesor: la participación de las personas con discapacidad y los organismos que los representan en la toma de decisiones es fundamental para que las medidas que adopten los Gobiernos no excluyan los derechos fundamentales de ninguna persona, independientemente de su discapacidad.
Estos son solo algunos ejemplos que cualquier Estado debe tener en cuenta a la hora de afrontar la pandemia y que todos los derechos humanos sean igualmente respetados.