18 noviembre 2024

EL ESTERO: La carta

(Firma: Jesús Conde) Mis queridos Reyes Magos: Aunque me digan que todo es enajenación de persona ya avejentada, yo sigo esperando ilusionado en cada noche del cinco de enero de todos los años. Y espero porque sé que, como magos, tenéis el don de transformar los sueños en hechos inmutables. Es por ello, que públicamente os pido la aquiescencia para mi particular calendario.

En primer lugar, deseo una Huelva libre. Libre de ceremoniales caducos que no conducen sino a la parálisis de su desarrollo que debe ser imparable. Libre del falso “onubensismo” que llevan algunos constantemente en los labios y que lo que oculta es inoperancia y desengaño. Libre de la especulación con piqueta que tanto hiere a la vieja Onuba en su histórico antepasado. Libre del desatino urbanístico desarrollado durante años por causa del capricho y, seguramente, provecho de unos cuantos. Libre como ciudad y con sus tesoros, que son muchos, bajo los brazos.

En segundo lugar, añoro una Huelva más culta, más vanguardista, más participativa. De menos cháchara alrededor de la mesa camilla, de menos círculos viciados, de menos santones dentro de las artes varias que son los que cercenan el brote de la nueva savia, de menos pesebre. Una Huelva que sepa sacar a la calle, lo mismo los buenos días que las buenas tardes; incluyendo a las noches del Bahía, en donde las teclas del chachachá se entremezclaban con las burbujas del champán que te ofrecían las damas de luna. Y Arcensio enmarcado en “La Española”, con sus ripios garabateados en una hoja cualquiera o mismo en servilletas translúcidas.

Y por último, ambiciono una Huelva de la mar completa. Una Huelva abierta en canal hacia su ría, que ya debería lucir, de punta a punta, purgada: ría de marítimos paseos desde el Muelle del Tinto hasta el Monumento a Colón que es como lo denomina el pueblo, el ramal del trenecito de asientos de madera, los eucaliptos, las marismas limpias, ni una partícula más pesada que la otra por el aire, el alba para extasiarse y la recogida de la estrella luminosa y reina para la meditación y el desenlace…ocio y poesía a raudales. Una Huelva volcada, definitivamente, sobre el azul y el blanco-espuma que bañan ambos a diario los corazones de los huelveños. Una Huelva de aguas inmaculadas, puras.

Así que mis muy queridos Reyes Magos: No sé si este peticionario pecó en exceso de los encargos. Que yo he puesto lo que me ha dictado mi ánimo. Que podría haber continuado y continuado hasta, probablemente, romperos los fardos. Pero soy consciente, porque mis padres me lo enseñaron, que no hay que ser avaricioso (ya se sabe que la avaricia rompe el saco) De todas maneras, corro a dejaros los zapatos en la Isla Chica, en mi plazoleta del alma, por si acaso.

P.D. Tal vez, en esa fotografía fechada en 6 de enero de 1954, un servidor ya estaba pidiendo lo mismo con una humilde pelota de goma entre sus manos.

 

1 comentario en «EL ESTERO: La carta»

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