El Ayuntamiento de Huelva, desde la Concejalía de Hábitat Urbano e Infraestructura, ha retomado, desde principios de febrero, los trabajos para la delimitación y exhumación de la fosa con los restos de Pedro Masera Polo, sometido a Consejo de Guerra por las autoridades golpistas y condenado a muerte, siendo ejecutado en Huelva el 10 de febrero de 1938 e inhumado su cadáver en el cementerio de la Soledad.
Se trata de retomar una investigación iniciada en 2016, que conllevó una primera intervención en el Cementerio de La Soledad en 2017 con medios fundamentalmente municipales y que ahora se va a ampliar desde distintas vertientes, gracias a la contratación de una empresa especializa en este tipo de intervenciones. Previamente, se ha avanzado en la investigación documental para organizar toda la información generada hasta el momento.
La concejala responsable del Área, Esther Cumbrera, ha señalado que “desde el Ayuntamiento de Huelva estamos dispuestos a poner todos los medios a nuestro alcance para llegar hasta el final, y alcanzar la reparación moral y de justicia con el represaliado y su familia, especialmente con su nieta, María Luisa Masera, que es la principal promotora de una intervención que no hay que olvidar, fue aprobada por el Comité Técnico de Coordinación de la Dirección General de Memoria Democrática de la Junta de Andalucía, siendo ratificada a través de la Orden del Vicepresidente y Consejero de la Presidencia, Administración Local y Memoria Democrática y publicado en BOJA”.
La concejala ha añadido que “además de esta exhumación, pretendemos llegar hasta donde nuestros recursos y ayudas nos permitan para abordar el caso de otros represaliados”.
Hasta el momento, se ha procedido a la apertura de un sondeo de tres por tres metros aproximadamente, tomando los datos que aparecen en el acta de diligencia de enterramiento inserto en el Procedimiento Sumarísimo abierto a Macera Polo, teniendo en cuenta el estudio que sobre las fosas hicieron el historiador José María García Márquez y el investigador Miguel Ángel Harriero titulado ‘Las fosas comunes en el Cementerio de la Soledad y la represión militar en Huelva (1936-1944)’. Se ha llegado a una cota de profundidad de 1,20 metros y se han detectado dos enterramientos primarios en ataúd, además de supervisar la zona donde se intervino en 2017.
La intención, en las próximas semanas, es llevar a cabo el trabajo de campo consistente en la delimitación y evaluación del área susceptible de contener fosas comunes o individuales con víctimas de la represión franquista por aplicación de la pena de muerte por los Consejos de Guerra. Posteriormente, delimitada la zona a intervenir, se procederá a la localización física de la fosa común, o fosas, con el objeto de determinar su naturaleza histórica y concretar su extensión, para a posteriori, pasar a una evaluación en profundidad con el objeto de establecer sus características y evaluar su contenido para finalizar con la exhumación de los restos óseos que contengan.
Toda vez realizada la exhumación, los restos serán trasladados a dependencias del propio cementerio para realizar los estudios pertinentes. Tras el análisis en laboratorio serán guardados en cajas individuales y se realizará inventario, asignándole a cada uno de ellos un número correlativo, así su identificación podrá ser verificada en las pruebas de ADN.
El depósito se hará en las dependencias que señale el Ayuntamiento de Huelva, pues la preservación y protección de las inhumaciones exhumadas y analizadas durante el proceso de excavación corresponde al Ayuntamiento, propietario y administrador del Cementerio de La Soledad, quien debe garantizar su guarda y custodia.
ANTECEDENTES
Los datos que se tenían del lugar de inhumación de Pedro Masera Polo eran los siguientes: Cementerio de La Soledad de Huelva, Fosa Común, Patio Segundo, Sector San Marcos, distando de la rosca de dicho patio Norte: 68 metros; Sur: 4 metros; Este: 1 metro y Oeste: 8 metros.
El cementerio de La Soledad está funcionando desde 1928. La zona (Patio) donde se estima que están los restos óseos de Pedro Masera Polo es hoy en día una pradera de césped donde se han llevado a cabo enterramientos no individualizados. Se trata de espacios donde se han venido enterrando correlativamente en fosas individuales las personas sin medios para costearse un enterramiento diferenciado. En el funcionamiento cotidiano del cementerio conforme iban llegando estos fallecidos sin recursos se fueron excavando fosas, una al lado de otra, configurando cuatro hileras de fosas en cada “Patio”.
El 25 de octubre de 2017 se llevó a cabo la reapertura del sondeo realizado en noviembre de 2016, obteniendo unos restos que sin embargo, las pruebas de ADN determinaron que el esqueleto recuperado en la zona marcada no era el de Pedro Masera Polo.
Es preciso tener en cuenta que una exhumación individual, aunque se conozca su supuesta ubicación, es una intervención complicada ya que ha desaparecido la rosca original que marcaría el punto exacto desde donde partirían unas mediciones que, probablemente no se realizarían de forma rigurosa y se trasladarían de la misma forma a las diligencias judiciales. Además, la orientación del propio cementerio en relación a las distancias marcadas en las diligencias, no son precisas y pueden presentar dificultades.