La película documental ‘Luis Cernuda, habitante del olvido’, dirigida por Adolfo Dufour, ha elegido Moguer como uno de sus escenarios para el rodaje.
Así lo ha anunciado la productora andaluza Atrapasueños, impulsora del film, quien ha informado que este martes y miércoles estarán rodando exteriores y documentación en la Fundación Zenobia-Juan Ramón Jiménez de la localidad onubense, entidad colaboradora del documental.
Su producción comenzó en 2019, tras el periplo del director y su equipo en el documental ‘Lo posible y lo necesario (2018)’ sobre Marcelino Camacho, que tuvo un gran impacto en salas y se estrenó en La2 de TVE y en Amazon Prime Video a nivel mundial.
Por la irrupción de la pandemia el calendario de rodaje del documental se paralizó durante prácticamente todo el 2020. Tan sólo se han rodado escenas paisajísticas en exteriores. El documental espera tener un largo recorrido en el 2022, año del 120 aniversario del poeta sevillano y universal de la Generación del 27.
Sobre el documental ‘Luis Cernuda, habitante del olvido’
Una de las primeras reivindicaciones vitales (y hasta poéticas) del autor es la defensa de su amor, el amor homosexual en su vida, pero el amor en libertad en su concepción más amplia y humano. Su forma de sentir y vivir su homosexualidad sorprende a propios y extraños cuando consideramos la homofobia estructural de las sociedades occidentales donde vivió. Sin duda un hombre con una valentía y una forma de sentir tan especial que dejaría su impronta en maravillosos versos.
Su compromiso político le llevó a experiencias tan importantes e intensas como fue la de combatir en la guerra civil en defensa de la República. Un modelo de estado y sobre todo una apuesta por una España nueva que le llevó a ser uno de los activistas de aquellas misiones pedagógicas en tiempos de la II Republica.
La fama de persona alejada de la realidad contrasta cuando se conoce su apasionada dedicación en las misiones pedagógicas durante la II República.
El exilio fue por sus ideas y fue sin duda un exilio que sigue aún produciendo dolor desde la memoria. Un exilio del que nunca volvió y nunca quiso volver, precisamente porque aquí como él decía, «gobernaba la canalla asesina».