Aracena ha despedido a su párroco durante los últimos 37 años, Longinos Abengózar Muñoz. Hijo Adoptivo de Aracena desde 2015, Abengózar se despide de su pueblo de adopción tras su jubilación y traslado a la capital onubense, donde ahora es capellán de Nuestra Señora de la Esperanza.
El acto, celebrado en el Teatro Sierra de Aracena, fue organizado por el Ayuntamiento de Aracena con la participación de colectivos culturales y sociales, hermandades y cofradías religiosas, instituciones, amigos, familia y, de forma especial, paisanos de su pueblo natal, Alcázar de San Juan (Ciudad Real), de donde es Hijo Predilecto.
Su alcaldesa, Rosa Melchor, y su segunda teniente alcalde y diputada en las Cortes de Castilla La Mancha, Ana Isabel Abengózar, asisitieron al acto, acompañadas de toda una sorpresa para el cura manchego, el grupo folklórico Coros y Danzas de Alcázar, cuya actuación emocionó notablemente a Abengózar que afirmó haber soñado con ello, «con hermanar a Aracena con Alcázar a través de San Blas (patrón de Aracena y con tradición en Alcázar) y traer a los Coros y Danzas de mi pueblo».
A la grata sorpresa ofrecida al párroco le siguieron otras dedicatorias, como la ofrecida por Cáritas Parroquial en nombre de todas las asociaciones del Consejo de Bienestar Social o por el presidente del Consejo de Hermandades y Cofradías. Además de las actuaciones del Coro Aretiena, el grupo Los de Siempre, que dedicó unas sevillanas con letra al párroco D. Longinos, y la Banda Municipal de Música que interpretó igualmente marchas de compositores locales de especial significado para el pueblo y su párroco.
El alcalde de Aracena, Manuel Guerra, dirigió a Abengózar un discurso cercano y afectuoso en el que destacó la huella que deja el párroco en el municipio, «un trazo prologado, pronunciado e indeleble, tanto en la historia oficial y común (que recoge los hitos más destacados como la Coronación canónica de nuestra patrona o la conclusión, 480 años después de su inicio, de la Parroquia de la Asunción) como en la memoria individual y afectiva de varias generaciones de aracenenses, donde está el hombre cercano y extrovertido, el pastor que discretamente ha prestado apoyo espiritual e incluso social a quien lo ha requerido, especialmente a mayores y enfermos».
Guerra finalizó sus palabras haciendo entrega al homenajeado de una reproducción a tamaño real de La Palmatoria, una de las formaciones más emblemáticas de la Gruta de las Maravillas.