A los que conocen a Pedro Jiménez (no son pocos en esta ciudad), saben que su vida es una historia de lucha. Desde los 16 años ha trabajado para poner énfasis en la lucha obrera. Tras una infancia feliz en Cortegana, Pedro Jiménez se trasladó a Barcelona. Allí compaginó sus estudios con un empleo de aprendiz en una carpintería.
Durante su etapa de dos años en la ciudad condal también trabajó en una fábrica de plásticos y poniendo parqué y a los 18 regresó a Huelva para trabajar en Astilleros y en varias subcontratas de las empresas del polo químico en las industrias de la avenida Francisco Montenegro, sin sospechar, tal vez, que años después, se convertiría en uno de sus mayores azotes desde la política.
Luego le llegó la oportunidad de trabajar en Correos y Telégrafos, primero como interino, luego aprobando las oposiciones, y es allí donde tuvo sus primeros contactos con el mundo sindical. Pedro Jiménez, creó la sección sindical de esta empresa en Huelva y eso fue lo que le empujó a interesarse por la política. Ese espíritu crítico que siempre le ha caracterizado.
Cuando estaba en el sindicato provincial de transportes como secretario general en Huelva por Comisiones Obreras, recibió la llamada de Diego Valderas, por entonces el hombre fuerte de Izquierda Unida en Andalucía, y le invitó a dar el paso para representar a la formación en la provincia. Él, que siempre ha sido de los de mojarse, se metió de lleno, algo de lo que no se arrepiente «en absoluto» y volvería a dar todos los pasos que dio pese a que es consciente de que la política también tiene sus sinsabores.
Durante 18 años Pedro Jiménez lideró Izquierda Unida en Huelva y fue concejal de la formación en el Ayuntamiento de la capital, la mayoría de ellos como portavoz, una larga trayectoria. Ahora, se dedica a «criar nietos», algo que también considera «apasionante», ir a buscarlos al colegio, hacerles la comida, bañarlos, y también hacer las tareas del hogar ya que en su caso, su mujer si trabaja y debe dedicarse a lo quehaceres diarios. Por las mañanas su tiempo lo dedica a hacerse kilómetros en bicicleta junto a un buen amigo y así, se permite estar en forma.
Pedro Jiménez no ha perdido el gusanillo de la política, sigue colaborando con Izquierda Unida cada vez que le reclaman y puede. «Trato de no retirarme de la política porque, tal y como está el patio, sería traicionar mis principios y además sería una irresponsabilidad».
Las setas y el arroz de Pedro Jiménez
Hay dos aficiones de las que Pedro Jiménez puede hablar y mucho a poco que le tires de la lengua, por un lado buscar setas, cuando es temporada por los campos serranos, una herencia de su padre que el sigue alimentando y perfeccionando. Recuerda como en su juventud solo se cogían un par de especia de setas y a las demás, «se les daba la patada» ahora «hay mucha más cultura micológica» y se cogen muchas más, unas 22 especies» y todas «de excelente calidad»,
La otra es la de hacer arroces, (mejor si es con setas y con ‘culantro’) e insiste que es algo que aprendió de verlo hacer a su mujer y que sigue haciendo «sin tomar medidas, a ojo». Eran conocidos entre los periodistas y militantes de IU en Huelva los arroces de Pedro Jiménez, cuando había algún acto del partido, ahora promete retomar «pronto» ese arroz con los profesionales de la comunicación que algunos echan de menos.
La política en Pedro Jiménez, una lucha que no cesa
Para Pedro Jiménez la política no ha sido una profesión, ha sido una forma de vida y como tal no puede desmarcarse de la actualidad de unos tiempos que considera «oscuros» por el auge de la extrema derecha. Para él, es tiempo de que la izquierda participe y se movilice de trasladar las cosas con claridad y de explicar muy bien cual es el modelo de ciudad que quiere Izquierda Unida.
Respecto a la Huelva de hoy, (con respecto a la que el tenía en frente cuando estaba en la primera línea) sí observa algunos cambios en cuanto al «aspecto físico» con un repunte en la construcción pero desde el punto de vista municipal «se observan pocos cambios».
Fosfoyesos: El retroceso en la políticas municipales
El mismo año que Pedro Jiménez entraba como coordinador general de Izquierda Unida en la provincia de Huelva, los tribunales cerraban un caso que había permanecido durante más de una década teniendo en vilo a la ciudad.
El supremo obligaba a la empresa Fertiberia a restaurar la zona de las balsas de fosfoyesos y a devolverlos a la ciudad de una manera en que pudieran ser utilizados por los ciudadanos sin peligro. Hoy la restauración no se ha hecho y, según Pedro Jiménez «estamos peor que hace tres años, en este sentido, hemos sufrido un retroceso» y lo dice porque «el ayuntamiento ha cambiado su posición» y va a dar el visto bueno al proyecto de Fertiberia.
Para el que fuera líder provincial de Izquierda Unida, incluso los expertos de la universidad «no ha sido valientes para rechazar de manera frontal ese proyecto» que la empresa «va a ejecutar para luego lavarse las manos»:
Pedro Jiménez no esconde que le hubiera gustado ser alcalde «me presentaba con esa intención» y esa es su ‘espinita clavada’ teniendo en cuenta que Huelva era lo que le dolía. Renunció a presentarse al Parlamento de Andalucía e incluso a cargos de prestigio dentro de la Junta de Andalucía para estar en su ciudad, y en ese aspecto, señala que «siempre he sido honesto con Huelva y cuando decía que quería ser alcalde no engañaba a nadie» sabía que el objetivo era difícil, tanto que nunca lo consiguió, pero luchó con ahínco por ello, tanto que le costó un ictus.
Los médicos le dijeron que fue causa de estrés, acompañado, reconoce, de sus dos paquetes de tabaco diarios y de los cafés que se tomaba entre reunión y reunión en maratonianas jornadas, hoy ha desterrado el tabaco y el café es descafeinado, y su vida política es mucho más plácida. No obstante, su compromiso con Izquierda Unida sigue intacto, el hombre hecho así mismo, reconocido por sus rivales políticos y uno de los mejores oradores que ha pasado por el Ayuntamiento de Huelva sigue en forma dispuesto a saltar de la barrera cuando alguien requiere su mano.
