Hace dos décadas nació una nueva forma de concebir la educación. La Fundación Cepsa daba encaje formal a una idea que ya se venía desarrollando desde 2007 en la Universidad de Huelva (UHU). Por entonces, la Onubense era tan solo una preadolescente de 14 años en la que desde Cepsa ya se vio una vocación importante de futuro y se fraguaron los primeros convenios de colaboración. Pero fue en 2003 cuando esta colaboración dio pie a un proyecto casi revolucionario. La Cátedra Fundación Cepsa era la primera cátedra externa que se implantaba en la UHU (hoy ya son otras 10 las que se han sumado al carro) y la primera de las que la Fundación ha implantado en Andalucía (Sevilla, Cádiz y Málaga han seguido después este exitoso camino).
La Cátedra Fundación Cepsa de la Universidad de Huelva se centra en la formación e investigación, en el intercambio de conocimientos entre profesionales de Cepsa y la universidad onubense, en aquellos campos científicos y tecnológicos relacionados directamente con la actividad energética de la compañía. Además, pone el foco en ofrecer a la comunidad universitaria una puerta de empleabilidad, liderazgo, emprendimiento, la innovación, la excelencia y generación de valor.
Para celebrar este aniversario la Fundación Cepsa ha reunido este jueves, 30 de noviembre, en un aula a profesores, investigadores, alumnos y responsables de la Fundación Cepsa para intercambiar ideas y valoraciones en un acto sencillo pero entrañable en el que la puesta en común de conocimientos e inquietudes fue el protagonista.
La rectora de la Universidad de Huelva, María Antonia Peña, fue la anfitriona de esta actividad conmemorativa. La máxima representante de la Universidad se mostraba encantada con este sistema formativo que inauguró la Fundación Cepsa y que ha servido como modelo para construir las generaciones del futuro, «no solo en las actividades académicas, si no en las competencias para la vida».
María Antonia Peña, ha destacado que la Cátedra Cepsa «siempre ha estado en la Universidad de Huelva, no ha tenido ninguna interrupción y siempre ha sido desde luego una de nuestras cátedras externas más importantes, no solamente por su dotación económica sino también porque ha sido una cátedra que nos ha permitido generar un paquete de actividades de todo tipo importantísimos».
La rectora ha recordado que «gracias a la Cátedra Cepsa se llevan a cabo actividades de formación, actividades de investigación, actividades de transferencia del conocimiento y una actividad que sigue siendo una bandera importantísima para la Universidad de Huelva, que es la convocatoria del estudiante 10C. Esa convocatoria que nos permite sacar a lo mejor de lo mejor de nuestro estudiantado, no solamente por su capacidad de sacar buenas notas, por su talento, sino también por otros factores y valores sociales y humanos que hacen que sean realmente gente muy distinguida, gente muy especial».
«Yo creo que Cepsa y Huelva tienen ahora mismo unos lazos muy fuertes. No puede ser de otro modo en una provincia que necesita alianzas de este tipo, para actuar, para que consigamos entre todos un mayor bienestar, un mayor progreso. Y lo que viene después de estos 20 años es, por lo menos, otros 20 de colaboración, de muy buena relación en todos los planos y de trabajo».
Jesús Velasco, Responsable de Relaciones Corporativas y responsable de la Fundación Cepsa en Andalucía y Canarias ahonda en la misma línea. «Hemos potenciado siempre la relación Universidad-Empresa, porque sabemos que aporta calidad a nuestro futuro, ese flujo y reflujo entre los profesores de la Universidad y los compañeros profesionales de Cepsa es muy beneficioso para todos».
«Hoy es un día para agradecer a esas personas que tuvieron esa visión de futuro y la capacidad de gestión para hacerlo posible y que son Juan Manuel Díaz Cabrera y María José García Prats, por ellos lucharemos por seguir muchos más años y hacer de esta cátedra cada vez un poquito mejor».
Para el responsable de la Fundación Cepsa, Narciso Rojas, la idea de la Cátedra Cepsa es un auténtico éxito. «Tener una empresa como Cepsa en la provincia de Huelva es una ventaja, que apuesta por la innovación, por Huelva capital, por Palos de la Frontera y por la provincia en general y se demuestra en la potencia que tiene esta cátedra, que está muy bien dotada económicamente y que permite hacer cosas desde la emoción y el corazón. Yo soy onubense, la mayor parte de las personas y responsables de Cepsa son onubenses y los que no lo son de nacimiento, lo son de adopción, para nosotros es muy importante tener esta conexión con Huelva».
Para David Toscano Pardo, director de las cátedras externas de la UHU, «la idea es siempre tratar de que exista esa transferencia de conocimiento a la sociedad. Cuando una empresa tiene una serie de requerimientos o de inquietudes, como es el caso de Cepsa con su apuesta clarísima por lo social, el medio ambiente, la inclusión, se llevan a cabo estos programas de formación e investigación que parte de una dotación mínima de 30.000 euros y que resulta ser un coste muy bajo por su repercusión posterior para la empresa por el acceso al conocimiento que permite y el personal especializado en áreas específicas que se produce, ganamos todos».
«Estamos abiertos a las propuestas temáticas que nos hagan las empresas y eso es muy positivo para la transferencia del conocimiento y también, porque no decirlo, para la imagen pública de la empresa, con una mayor proyección social».
El que mejor puede conocer esta cátedra Cepsa es Juan Daniel Mozo, que explica que lo que se lleva más recursos es la investigación. «Se hace investigación sobre temas que le pueden interesar a la empresa Cepsa. No sólo a nivel científico, petroquímico o energético, sino también, y últimamente está apostando mucho la empresa por eso, investigación de tipo humanista, por temas como la evolución digital de las empresas o cómo penetrar más en la sociedad, es un campo que está bastante abierto en ese sentido».
«También hacemos programas de formación de alumnos, pero no formación académica clásica, la que hace la universidad por sí, sino formación complementaria. En este caso formamos en lo que se llama capacidades blandas o capacidades transversales y el programa se llama alumnado 10C, que también va a cumplir 20 años próximamente».
Los alumnos 10C de Cepsa
El programa ‘Alumno Diez C’ nació en 2004 con el objetivo de encontrar estudiantes destacados en su contexto profesional, pero también que posean dominio de idiomas, conocimientos de informática, con experiencia en centros universitarios (movilidad), que hayan realizado prácticas en empresas y que estén comprometidos con su organización y con la sociedad, entre otras aptitudes.
No se trata de buscar los currículos más brillantes académicamente sino de encontrar a aquellos alumnos que tienen inquietudes por desarrollar sociedad. Se valoran 10 competencias (10C), entre las que se encuentran el haber viajado al extranjero como Erasmus, hacer acciones de voluntariado o inquietud por los idiomas. Deben ser alumnos implicados, no necesariamente brillantes.
De las más de 80 solicitudes que en el último año pidieron acceder al programa de alumnos 10C solo 13 consiguieron completar este proceso donde se humaniza al alumno y se le ofrecen herramientas de comunicación, liderazgo, trabajo en equipo, creatividad o empatía, que van más allá de formar a profesionales, se forma a personas para construir una sociedad mejor y para reforzar sus posibilidades de empleabilidad.
Celio Morro tiene interés por la neurociencia y por la comunicación y después de ser alumna 10C se ha propuesto hacer un periódico universitario digital en la UHU. Para ello solo tuvo que responder un cuestionario a través de correo electrónico y fue seleccionada. «Me apunté sin ninguna pretensión, solo buscaba formación sobre liderazgo, que es algo que me interesa. Se piensa que el trabajo del científico es muy solitario, pero no es así, se trabaja en equipos, se trabaja con otros compañeros, y es importante también la comunicación y saber comportarme según las situaciones».
Francisco Rodríguez estudia Ingeniería Agrícola y asegura que «este programa me ha servido de gran ayuda porque yo, acostumbrado a unos conocimientos técnicos como es la ingeniería estaba muy enfocado en nuestro campo, nunca había sentido inquietud por estos temas, y entonces, al ser seleccionado por el programa alumnado 10C, me sentí muy agradecido, y después de participar creo que es de las mejores cosas que he podido hacer durante la carrera porque ha abierto en mí una visión que antes no tenía y considero que es muy importante».
El alumno asegura que «este año, por ejemplo, había alguna asignatura con la que estaba un poco desmotivado y después del programa me ha roto los límites de la carrera que yo mismo me estaba poniendo, la verdad. Estoy mucho más animado y me va a ayudar a dar este último paso porque al final estoy en cuarto y si no pasa nada terminaré en mayo la carrera».
Ana Vázquez tiene 23 años y estudia un doble grado de Administración y Dirección de Empresas con Turismo. Para ella «el programa 10C ha significado poder extrapolar en un futuro al mundo laboral todo el bagaje académico que aprendemos en la carrera, pero que al final tiene algunas carencias o competencias que no se trabajan y que, por supuesto, son muy importantes para llegar a ser un buen profesional».
«De todo lo que me han enseñado me quedaría con la parte de vivir el presente, que creamos en nosotros mismos, como estudiantes vivimos muy agobiados, pensando en el futuro, cosa que también es normal, pero sobre todo es la importancia de disfrutar donde estás hoy, de ocuparte de lo de hoy y de mirar al futuro, pero no con ansiedad, sino siempre con ilusión», asegura Ana.
Lydia López viene de una titulación de Trabajo Social, después hice un máster sobre investigación y actualmente, gracias a que se inscribió en el Máster de Prevención de Riesgos Laborales tuvo la oportunidad de inscribirse en el programa de alumnado 10C.
«Me inscribí porque cumplía muchos de los requisitos, he hecho muchas tareas extrauniversitarias y también me he formado mucho, era una oportunidad muy bonita, muy interesante y que quería aprovechar, y lo he conseguido», comenta.
Investigación para Cepsa
La Fundación Cepsa tiene como una de sus principales líneas el apoyo a nuevas líneas de investigación, así como el impulso de las ya existentes para la realización de proyectos precompetitivos cuya temática esté relacionada con la actividad de Cepsa y que puedan en un futuro próximo concurrir a convocatorias de proyectos y doctorados industriales internacionales.
La directora del Máster Universitario de Ingeniería Química de Cepsa, María José Martín, asegura que el máster «es un ejemplo de colaboración entre instituciones. En primer lugar, es un máster interuniversitario: participan la Universidad de Huelva y la Universidad Internacional de Andalucía, y eso nos permite recibir alumnos de todas partes del mundo, Cuba, Argelia… pero además de eso, hay que poner en valor la colaboración inestimable de los ingenieros de Cepsa, tanto del Parque Energético como de Cepsa Química, que participan activamente en el máster como docentes externos, no académicos, y comparten con los estudiantes del máster sus conocimientos».
«Ellos pertenecen a diversas ramas y les presentan a los alumnos la realidad industrial y hace que los estudiantes tengan una formación mucho más completa, con un plan de estudios yo creo que excepcional», asegura.
Cristina Mozo forma parte de los grupos de investigación que se generan en torno a la Cátedra Cepsa. Ahora mismo investiga «un proceso que se llama electrocoagulación, que tiene un nombre muy feo, pero básicamente lo que hacemos es cambiar la materia prima que se añadiría para tratar aguas residuales y lo que hacemos es generarlas in situ. Se genera en el momento, se gasta la que se necesita y listo, y tendríamos el agua completamente limpia y gastando solamente electricidad». Esa investigación sería muy importante para el futuro de Cepsa enfrascada en inversiones en torno al Hidrógeno Verde y donde el agua es una parte fundamental del proceso.
Antonio León trabaja con microalgas, su intención es conseguir generarlas en entornos artificiales y «mejorar su capacidad de eliminar diferentes contaminantes de industrias petroquímicas, industrias mineras, muchas cosas que son aplicadas a los problemas de contaminación que podemos encontrarnos en la provincia de Huelva», una especie de exfoliante natural que eliminaría gran parte de los residuos industriales.
Clara Delgado trabaja en eficiencia energética. «Estamos intentando conseguir edificios de consumo cero, porque, obviamente, tenemos una crisis energética, queremos incorporar en las membranas aislantes de los edificios materiales que son capaces de absorber y liberar energía cuando la necesiten. Durante el día absorben energía y durante la noche, cuando la temperatura baja, son capaces de liberar esa energía. Entonces, los edificios autorregulan ellos solos la temperatura».