En la noche de este jueves, en la Residencia Tariquejo, en el municipio onubense de Cartaya, se celebró la tradicional despedida de los trabajadores migrantes que han recolectado los frutos rojos en la provincia y que ahora parten a sus lugares de origen, mujeres en su mayoría.
Con este motivo, se unieron a ellos los técnicos que han participado en la resolución de las incidencias que han acontecido durante el desarrollo de la campaña: Guadalupe Chávez, de OIM; Natalia Cots, del servicio de Mediación Cruz Roja; Almudena Guerra, del servicio de Formación MZC; Javier, del Centro CAIM, y Raquel Serrano, de la empresa socia Jucamp. Tras la bienvenida por parte del presidente de la Residencia Tariquejo, Juan A. Millán, estos cinco técnicos realizaron una breve exposición de su valoración, que forma parte integral del primer proyecto piloto comunitario “TSE, Trazabilidad Social Europea: la huella ética de la fresa en Huelva”.
Estas valoraciones sobre el proyecto piloto dieron paso a una “cena intercultural”, en la que los propios residentes ofrecieron una degustación de toda una variedad de platos elaborados por ellos mismos con productos típicos de España, Marruecos, Colombia, Honduras y Rumania.
Antonio Alvarado, jefe de la dependencia provincial del área de Trabajo e Inmigración de la Subdelegación del Gobierno en Huelva, inauguró esta cena intercultural y resaltó la importancia de esta primera valoración del proyecto piloto comunitario por parte de todos los técnicos involucrados, “como mecanismo de coordinación con la Residencia Tariquejo, para la asistencia, formación e intervención conjunta hacia un problema que se interviene desde un punto de vista transversal, donde cada entidad aporta aquello de lo que es su especialidad de intervención”.