La Guardia Civil ha intervenido 5,7 toneladas de hachís y 3.250 litros de combustible para repostaje de embarcaciones dedicadas al narcotráfico en tres operaciones realizadas en un mismo día en la costa de Huelva que se han saldado con seis detenidos que ya han ingresado en prisión por orden judicial.
Según informa el Instituto Armado en un comunicado, la primera operación se inició el pasado fin de semana tras detectar la presencia de una embarcación que podría transportar droga en aguas territoriales al sur de la playa de El Portil, por lo que se activó al Servicio Marítimo Provincial de la Guardia Civil.
Tras detectar la presencia de la Guardia Civil, la embarcación emprendió la huida y arrojó la droga al mar. Los agentes desplegados lograron recuperar tres fardos de hachís y detener a uno de los tripulantes, que fue rescatado por Salvamento Martítimo y trasladado al puerto de Mazagón tras caer al agua en una de las maniobras evasivas realizadas por la narcolancha en su huida.
Una segunda actuación se inició al observar otra narcolancha en aguas al sur de la playa de La Antilla, cuyos tripulantes comenzaron a huir al detectar la patrullera de la Guardia Civil. Tras varios minutos de seguimiento, los agentes consiguieron detenerla y comprobaron que estaba ocupada por cuatro personas con 135 fardos de hachís que arrojaron un peso de 5.400 kilogramos.
El tercer dispositivo se llevó a cabo en la playa del Parque Nacional de Doñana, cuando los agentes detuvieron a un hombre que portaba diez pastillas de hachís y que custodiaba una embarcación recreativa varada en la orilla con cuatro fardos a su alrededor. El balance total de los tres dispositivos son más de 5.721 kilogramos de hachís intervenidos en la costa de Huelva y seis detenidos por narcotráfico, para quienes la autoridad judicial ha decretado ingreso en prisión.
Dos operaciones contra el petaqueo
Junto a ello, la Guardia Civil detuvo el mismo día a dos personas en Punta Umbría cuando transportaban en un vehículo con remolque 100 garrafas con 2.500 litros de combustible para abastecer a estas embarcaciones. Dos días después, en Cartaya, fueron aprehendidas otras 30 garrafas con 750 litros de combustible en dos vehículos, siendo investigados sus conductores por un delito contra la seguridad colectiva.
El Instituto Armado recuerda que este tipo de combustible es altamente inflamable y si no se toman las medidas de seguridad oportunas para su almacenamiento y transporte puede suponer un grave peligro para las personas con la posibilidad de incendio e incluso de explosión, además de problemas para la salud provocado por los vapores que emanan estos carburantes.
