En la mañana de este martes la Virgen del Rocío ha amanecido con sus galas de Pastora ante su inminente regreso a la aldea tras 33 meses en la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción. El traslado se producirá este domingo, 29 de mayo, a hombros de los almonteños, hasta su Santuario en El Rocío.
Según ha informado la Hermandad Matriz, el traje es el que ya luciera en su llegada a Almonte. La saya está confeccionada a partir de un antiguo manto, datado en el siglo XVIII, cuyo brocado de seda está enriquecido con piedras naturales semipreciosas, canutillos y lentejuelas de oro. La característica más singular de la esclavina, donde luce un broche en el cuello, es la utilización del tono rosa empolvado.
El tejido del manto fue realizado exprofeso para la Virgen del Rocío, cuya seda está tintada en uno de los tonos de la saya por un maestro tintorero en Milán. El conjunto completo fue donado por hijos de Almonte y realizado bajo la dirección de José Manuel Vega Morales.
El Pastorcito va vestido de Rey, rememorando estampas de antaño, con un traje confeccionado en un brocado del siglo XVIII, enriquecido con oro, seda, piedras naturales, talcos y piezas bordadas en oro. Regalo de la Asociación de Vecinos de El Rocío en 2020.
El sombrero es de copa alta, hecho a mano en Panamá natural. Las flores y hojas han sido realizadas en metal tallado, enriquecidas con pedrería al aire y en cabujón como olivinas, topacio azul, aguamarina, cristal de roca tallado y rosa de Francia. Todo ello acompañado de las típicas flores secas, espigas y ramitas de lavanda.
El ala del sombrero está confeccionada con un brocado del siglo XVIII, bordado al estilo de la esclavina, con olivinas incrustadas en cabujón de oro. Los lazos están realizados con el mismo brocado y el reverso es un terciopelo de seda de principios del siglo XIX, en tono verde hoja. Ambos rematados con encaje de hojilla de oro hecho a mano.
La parte de orfebrería ha sido realizada por José María Carrasco Sala y el ala, en los talleres de Mamé de la Vega, por Mari Toñi Contreras Montenegro y Chari Vega Cabrera. El sombrero ha sido donado por Eva María Rodríguez Mariano, Juan Carlos Garrido infante, José Manuel Mondaca Naranjo y Olga Merino Raposo.