En momentos en el que desempleo estructural y el sobrevenido nos inundan hasta el ahogo, el turismo es un gran promotor de empleo, pero en nuestra provincia aún lo podría ser mucho más. Lo más importante es comenzar por plantearse qué tipo o tipos de turismo podemos ofrecer desde los diferentes lugares de nuestra rica geografía provincial y desde la capital misma. Tenemos la suerte de contar con importantes recursos naturales por explotar en la mayoría de los casos y con patrimonio cultural, arqueológico e histórico de gran importancia. Lo único que podemos decir hasta el momento es que el avance producido en el desarrollo turístico provincial a lo largo de período de la última restauración borbónica es mínimo y que no parece que ninguna de las diversas instituciones tenga previsto ayudar en esta empresa. A la vista está la escasez de iniciativas de los diferentes gobiernos centrales, no digamos de la Junta y la escasez de proyectos y voluntad por parte de la diputación provincial.
Si nos circunscribimos a la zona costera, el conjunto de nuestras playas no cuentan con una suficiente estructura de atractivo turístico. Bien es cierto que el material natural con el que partimos es inmejorable, pero también lo es que poco se puede hacer si los promotores privados no se suman a una obra que está por comenzar porque las administraciones no hacen lo conveniente para saber por dónde ir. Mi punto de vista es que los municipios pertenecientes a la costa deben proyectar la oferta turística desde perspectivas mayores que la municipal y brindar a los usuarios potenciales todas las bellezas de nuestra costa casi en un único bloque. Por otra parte, nuestras playas carecen, en muchos casos, de elementos mínimos esenciales, desde un número suficiente de duchas a sencillos pasos de madera para que los turistas puedan acceden sin necesidad de destrozarse los pies. La oferta debe estar prevista para el turismo económico, para también para aquel de mayor poder adquisitivo y de ahí que los elementos a ofrecer deben tener distintos niveles de carestía.
El aspecto urbanístico es extremadamente importante. Conservar playas vírgenes o semivírgenes puede ser uno de nuestros grandes atractivos (playa de la Bota, por ejemplo), pero eso no nos puede hacer olvidar la necesidad de desarrollo hotelero y de restauración además de aquellos elementos que garanticen el ocio y el deporte en momentos en los que los turistas no estén necesariamente tomando el sol. Además, ese tipo de instalaciones más los elementos de ocio pueden rentabilizar parte de la infraestructura realizada en temporadas bajas, combinando lo gratificante del lugar y el acceso a la comodidad, con el disfrute de la tranquilidad de playas que casi no han sido tocadas por la mano del hombre.
Un importante aspecto para el turismo es la monumentalidad. Cada municipio debe hacerse cargo de su patrimonio y preocuparse por su mantenimiento y puesta a punto para el disfrute de propios y extraños. Salvajadas como la llevada a cabo en días recientes por el Ayuntamiento de Huelva al derribar las últimas viviendas que quedaban del viejo barrio de San Sebastián es un ataque en la línea de flotación de las posibilidades turísticas de una ciudad que casi no cuenta con elementos que enseñar al visitante. Dejando de lado los asuntos sentimentales, la destrucción de los edificios símbolo de la ciudad supone desconocimiento del asunto y falta de apuesta por las posibilidades turísticas de la ciudad. El caso de Huelva ciudad es una cuestión de recuperación de la ría como playa para los ciudadanos y los visitantes, llevar al puerto la posibilidad de recibir barcos de mayor envergadura en contacto con otros puertos españoles y extranjeros y la concertación de su política turística con los municipios del entorno. La vocación marítima de Huelva tiene que verse reforzada con esa comunidad turística litoral además de con las poblaciones colombinas.
Las infraestructuras son muy necesarias, quizás aeropuerto, AVE y mejores red de carreteras sin olvidar nuestra unión natural con Cádiz, pero a la espera de que las circunstancias económicas no sean otras, los trenes lanzadera o una buena red de cercanías resulta imprescindible. Huelva incluida en el corredor del Mediterráneo es algo que hay que explotar adecuadamente y el litoral junto con la capital han de hacer frente común ante las administraciones para que esas infraestructuras tomen forma definitiva y que Huelva deje de ser la gran marginada por encontrarse en la esquina más sur occidental de la península.
