Cuando el desempleo sigue aumentando después de los datos del último trimestre, queda demostrado otra vez que aquel ascenso fue puramente estacional. Como quien no quiera encontrar virtudes a sus desaciertos en el sistema político pierde comba, el gobierno dice que se va frenando la destrucción de empleo y que se advierte un cambio de tendencia. Además, también entiende que a día de hoy existen 22,000 desempleados menos que el mes de octubre del año pasado. Pero lo que calla es que se trata de 22.000 desempleados menos sobre la enorme cifra de parados que trajo la reforma de la ministra Báñez. Cuando haya pasado el tiempo y por fin veamos que es cierta la creación de empleo, el PP mantendrá que es una ocupación creada sobre las bases de esa reforma, pero también callará el enorme empobrecimiento que la norma ha traído a la sociedad española.
La Administración Zapatero fue nefasta en todo excepto en su política sobre derechos civiles, como es bien sabido. El desempleo que trajo a la población española fue muy grande, pero nada parecido al que fue capaz de crear la reforma laboral en un tiempo récord. Por mucho que pueda defender el actual ejecutivo la norma que la UE le está pidiendo recrudecer, la verdad es que los ciudadanos se dan perfectamente cuenta de por dónde van sus iniciativas. No me gustaría parecer izquierdista porque en modo alguno lo soy, pero es verdad que el ejecutivo de Mariano Rajoy gobierna para determinada clase social y para el empresariado, dando la espalda a las necesidades de las clases medias y de los trabajadores, a los que ha dejado en la más absoluta indefensión.
Rajoy es el presidente de un gabinete que gobierna desde una clara ideología de derechas y en beneficio de los que más tienen y ha dado a los empresarios todas las herramientas para rebajar unilateralmente los salarios de los trabajadores mientras suben el número de horas a trabajar y pueden descolgarse de los convenios. Conozco lugares en los que no existen días de descanso y en los que los trabajadores han tenido que mentir a los inspectores de trabajo por temor a ser despedidos. Porque, ir al paro hoy, supone permanecer en esa situación años, como todos sabemos. Así pues, ¿cómo puede buscar disculpas el gobierno para justificar su fracaso en la creación de empleo? Y la sociedad, ¿no se da cuenta de que el empleo que se pueda crear es sobre una base tan injusta que no se conocía hace décadas, que el empleo que venga será precario y en régimen de semi terror al despido?
Los datos de octubre son claros: se sigue destruyendo empleo por la torpeza de las medidas de Rajoy y de los suyos. Y por si fuera poco, las condiciones para crear nuevas empresas son más que insuficientes porque, entre otras cosas, la banca cuyo rescate estamos pagando todos, no da créditos a los emprendedores. Y como es de esperar, el gobierno no toma la menor medida al respecto, otra prueba de a qué intereses sirven los ministros del gobierno. El balón está en el tejado de los ciudadanos y no sé si creer que algún día reaccionarán para dar fin a este panorama que, por cierto, no pasa por ninguno de los partidos hoy representados en el parlamento o, al menos, eso es lo que parece.
1 comentario en «EL LABERINTO.
El fracaso de octubre.
[Javier Berrio]»
Javier, además de programático, los Jefes de Gobierno, como es el caso de Mariano Rajoy, deben ser pragmáticos. ¿Desde cuando ha clamado toda la sociedad española que los partidos, sindicatos y asociaciones patronales no deben de disfrutar de subvenciones estatales? ¿Acaso en Portugal, Francia o Alemania, los sindicatos o asociaciones patronales reciben un solo euro de la Administración del Estado? ¿Y los partidos políticos? Pues toda esta buena gente vive de las cuotas de sus asociados o afiliados. El dinero de los impuestos de los portugueses, franceses o alemanes repercute hasta el último céntimo en el bienestar de los ciudadanos. Pero aquí seguiremos siendo la repera. Y así con todo, hasta con la creación de puestos de trabajo, que ya veremos si algún día se rebaja la cifra a 4,5 millones de parados.