19 diciembre 2024

EL LABERINTO.
La gran impostura.
[Javier Berrio]

Javier BerrioEl pensamiento es evolución, cambio, adaptación. No quiero pensar en un raciocinio que no se renueva o matiza sus opciones. La permanencia en las mismas ideas o en la inadaptabilidad a las circunstancias cambiantes de las condiciones sociales, es conservadurismo. Confundir la fidelidad a las ideas con el inmovilismo huero y adusto es, además de improductivo, poco realista. La esclerosis del pensamiento puede llevar fácilmente al error en los diagnósticos y, como resultado, a la equivocación en la terapéutica a seguir.

Las condiciones en el Estado español –no digamos en Andalucía-, han cambiado tan radicalmente que han exigido una readaptación del pensamiento a esa nueva realidad que exige, como digo, análisis concienzudo para recetas nuevas. Si dentro del liberalismo más o menos puro que hoy se está practicando para que mejoren los datos macroeconómicos no se produce ni una disminución razonable de la tasa de desempleo ni un aumento del consumo que provoque más inversión, habrá que dotar al Estado de capacidad de intervención en la economía para la creación de empleo, consumo y por lo tanto, mayor crecimiento y ocupación.

No sé cuántas veces habré escrito en los comienzos del gobierno Rajoy -el de la gran impostura-, que era preciso sacar pecho ante las instituciones europeas –entiéndase Angela Merckel- , y dedicar parte de nuestro PIB a la creación de empleo. En tiempos de crisis, recetas especiales en la línea de la teoría Keynesiana, ya que como se está viendo, la insistencia en las actuales fórmulas únicamente lleva al dolor social por el desempleo desproporcionado, la debilitación de la atención social, la reaparición de la pobreza y los trabajos precarios e
infraremunerados y la división de la sociedad en dos grupos sociales con una franja intermedia en franca reducción.

Sin extenderme mucho más y a modo de resumen, la UE y el gobierno central se equivocan en la práctica de una política que prima la reducción del déficit y el pago de la deuda por la vía impositiva y en el uso del excedente en el ingreso de los Estados para pagar aquella deuda en vez de emplear parte en el fomento de la creación de empleo. Esa nueva ocupación llevaría, por lógica, al incremento del consumo, lo que habría de conducir, de acuerdo con las medidas de fomento a las que hice referencia más arriba, a nuevas inversiones en un proceso de retroalimentación sensata por la vía de demanda-inversión-empleo-generación de riqueza.

Al no ser economista, planteo un escenario que me parece posible pero que solo la valentía del gobierno del Estado podría poner en marcha –o sea, se imponen las decisiones políticas-, ya que la composición pangermánica de la UE, difícilmente practicaría. Ante ello, ya pedí la abstención activa en las pasadas elecciones europeas del mismo modo que ante un gobierno de clase como el actual, exclusivamente es posible, ante su impostura, la respuesta en las calles tras el rearme moral de la sociedad. El gobierno popular ha terminado de abrir la caja de todos los males iniciada por Zapatero y está provocando la aparición de movimientos extremos a la izquierda del PCE de IU. La fractura social comienza a tomar forma política y si no se ponen en marcha políticas keynesianas de crecimiento en tiempos de crisis, antes o después llegarán “el llanto y crujir de dientes”.

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