La Navidad supone una época de desplazamientos masivos en España. Como decía aquel famoso anuncio, todo el mundo “vuelve a casa” en estos días del año, y las opciones de viajar en tren, avión o autobús quedan muy limitadas, por lo que muchas personas optan por usar su vehículo particular. Las autopistas del país se convierten en un hervidero de coches deseosos de llegar a su destino.
Al ser un trayecto que se hace de forma anual, muchos conductores tienen la posibilidad de establecer comparaciones con desplazamientos de años anteriores. Uno de los elementos que más análisis suscita es el precio del combustible. En el 2020, año en el que estalló la pandemia originada por el COVID 19, se comenzaron a producir unos severos cambios que llevaron a valores de este producto nunca antes vistos.
Es evidente que nada será comparable al inicio de 2022, cuando el estallido de la invasión rusa de Ucrania produjo que el precio del litro de gasolina o de diésel se fuese por encima de los dos euros, mientras que el diésel siguió un camino similar. Aun así, lo cierto es que cada año se están produciendo cambios de valor en este particular, y el final de este 2024 no ha sido una excepción.
Llegados a este punto, solo cabe hacerse varias preguntas: ¿fue la gasolina más barata en las navidades de 2024 que en las de los años anteriores? ¿qué factores influyeron en esos cambios de precio? A continuación, puedes encontrar un análisis de la situación.
Una bajada sostenida desde 2022
Los datos del precio de gasolina y diésel el último lunes de cada uno de los últimos tres años muestra una clara tendencia a la baja. Si el 2022 se cerró con la gasolina a 1.56€ el litro y de 1,64€ en el caso del diésel; en 2023 ya se mostró una clara mejoría, con caídas del precio de un 2% y del 9% respectivamente (pasando a valores de 1,53€ y 1,49€). En el final del 2024 este descenso se ha consolidado, cayendo la gasolina a 1,52€ y el diésel a 1,44€.
Pese a todo, estos datos, que podrían ser considerados como positivos, muestran también una realidad preocupante. La importante rebaja del precio que hubo en 2023 y se ha confirmado en 2024, no ha llevado al combustible a los valores que tuvo durante años precederos. Para ver lo que ha cambiado la situación, basta con mirar los datos del último lunes de los años prepandemia, como 2019 (1,30€ la gasolina y 1,22€ el diesel) o 2018 (1,21€ y 1,16€ respectivamente).
¿Existe una relación con el precio del petróleo?
El primer pensamiento que muchas personas tienen cuando ven la caída del precio de la gasolina, en las últimas mediciones del mes de diciembre de los últimos tres años, es señalar el precio del petroleo brent como uno de los causantes. Lo cierto es que, consultando los datos existentes, esa posibilidad tiene cierta lógica.
El último lunes de 2024, el precio del barril de brent estaba en 74,24 dólares, lo que supuso, además, uno de sus valores más bajos del año. Si nos vamos a 2023, el 25 de diciembre de ese año, este producto estaba en los 80,23$, por lo que existe una diferencia clara de precio. El caso de 2022 es incluso más sangrante, ya que hablamos de 82,45 dólares.
Parece claro que existe una relación, y más si nos vamos a datos prepandemia. Como se decía anteriormente, el precio del combustible era mucho menor en 2019 y 2018. En este caso, el petróleo brent confirma también esa tendencia, ya que, a finales de esos años, su valor rondaba los 68 dólares (2019) y los 50 (2018).
2025: una subida “forzada” en el horizonte
Evidentemente, las fluctuaciones del mercado irán marcando si el valor del combustible aumenta o se reduce en España, como ha venido ocurriendo en los últimos años. Sin embargo, planea sobre este mercado la posibilidad de que una intervención estatal pueda cambiar el panorama y provocar un aumento de precios. En este caso, la gasolina se vería ajena a toda esta situación, y sería el diésel el principal perjudicado.
La medida sería un aumento de la fiscalidad de este tipo de producto. Se trata de una decisión que vendría impuesta por la Unión Europea, dentro de las condiciones que debe cumplir España para acceder a los fondos Next Generatión. De hecho, el gobierno tiene, como máximo, hasta marzo de 2025, para aplicar esta norma. En principio, esto igualaría en gran parte los precios entre gasolina y diésel, a día de hoy diferentes.
La idea del órgano continental con esta imposición a España es conseguir que los vehículos con estos combustibles, que son considerados contaminantes, vayan perdiendo presencia en el mercado, y que se vaya optando por alternativas más sostenibles, como los coches eléctricos o los híbridos de gasolina. Falta ver cómo afectaría estos a los ciudadanos, que tendrían que asumir un mayor coste por el combustible, o realizar una inversión importante en un cambio de automóvil.
