Sé que las dificultades de Ciudadanos para implantarse en el Estado son muchas y Andalucía no es una excepción. Quizás, las cosas no son como aparentan y graves problemas estén recorriendo los cauces escondidos de los regeneracionistas catalanes. Las cosas no eran tan sencillas y la operación suma y sigue que realizara la UCD de Areilza –después puesta al servicio de Suárez sin que él hubiera hecho nada para merecerlo-, no es tan fácil. Ojo que los halcones no ya de la política, sino de los intereses económicos personales, están avizores y que mucha cuasi extrema derecha mueve los pies acercándose a un partido cuyo primer objetivo ha sido el unionismo en Cataluña, pero que ahora defiende para el Estado una serie de medidas regeneracionistas tendente a conformar un ser y y estar y después, un liberalismo socioeconómico bastante puro y una fórmula territorial mjuyu restrictiva.
Lo que sucede ya se sabrá, pero Ciudadanos no tiene el campo tan trillado como se pudo suponer. La gente asiste a los actos de presentación y asiente ante la persona de Albert Rivera, pero no es tan rauda para afiliarse ni responsabilizarse de una opción que pide la resignación de las señas de identidad de los partidos ya creados. En ese sentido, los diferentes criterios dentro de la misma organización podrían estar causando un malestar interno de muy difícil solución y las luchas personales –el trepismo- causando un graqn daño. Rivera y los suyos tendrían que tener mucho cuidado con los que se les acercan o a quienes se acercan. No todos los partidos municipalistas tienen por qué ser constructivos por muy cubiertos por otras siglas que lo estén y algunos individuos quizás busquen algo distinto al interés público. Las marismas son así y entre la xenofobia y la homofobia y el viva España, una grande y libre se podría estar moviendo alguno.
La Unión de Centro Democrático se construyó sobre una base electoral. El objetivo era ganar unas elecciones generales para condicionar la confección de la actual constitución. Socialdemócratas, democristianos, algunos liberales y conservadores entraron en aquella amalgama imposible. Todos sabemos cómo acabó. Adolfo Suáres se vioobligado a formar otro partido (CDS), consiguiendo después solo dos representantes. Ese era el aprecio que los ciudadanos sentían por el ex presidente, por mucho que ahora se hagan panegíricos de su persona en todas las esquinas. Bien, si Ciudadanos no consigue foirmar un partido de bases y cuadros, no tendrá el menor futuro. Permitir que prebostes locales o personajes con dinero pero que todavía quieren más –ahora desde la política-, o ingiriendo partidos ya creados no les va a llevar a tener una organización con textura suficiente, eso es seguro. Las contradicciones internas están aflorando y las dificultades, como digo, son tremendas y Andalucía, indudablemente, es de las difíciles. Perdónenme, pero hasta aquí puedo decir.
2 comentarios en «EL LABERINTO.
No más UCD.
[Javier Berrio]»
Ponce, Ponce uff, Ciudadanos, para Huelva, debe estar compuesto por personas que bien vengan de la política o del mundo empresarial, o como simples ciudadano, pero que su limpieza política y social no ofrezca dudas, de lo contrario no será viable. Yo particularmente, me gustaría trabajar para la formación, de hecho ya lo hago digitalmente, y vengo de la política de un gran partido que me demostró, la «mamandurria» que existe y los intereses entre amiguetes por tener un sillón. Me salí de esa formación PP con la cabeza alta, ni me pudiero expulsar, ni manipular no les dí esa opción. Pero ya digo si en Ciudadanos se cuelan caras con sobras. Mal lo veo, para eso debe existir una buena organización y servicio de información del partido.
Por oidas sabemos lo que pretende Ciudadanos de Albert Rivera en Cataluña, pero ni por oidas, sabemos que es lo que pretende Albert en el resto de España, y muy particularmente en Andalucía y más particularmente en Huelva. Efectivamente, Javier, no siempre concertar con personajes «economicamente poderosos» garantiza en política el éxito esperado. Me podría imaginar que su primer y máxime representante fuera un tal Sr. Ponce, sin querer menospreciar a la persona y menos vituperla, pero particularmente a mi no me atraería tal alianza y estoy en la seguridad que a la inmensa mayoría de los ciudadanos de Huelva tampoco.
Sería bueno recurrir a la muy repetida frase de Julio Anguita de «Programa, programa, programa» y a continuación….personas, personas y personas nonombres, nombres y más nombres. Las personas en si, son los ciudadanos. Los nombres quizás solo se representan a ellos mismos, es decir, a aquellos nominadas, sea Ponce o sea León…..