(Texto: Federico Soubrier) Recuerdo que un físico me contó en Suiza un chiste que le había hecho gracia, con el que a su parecer se resumía el devenir de la ciencia.
El recién nombrado jefe de una tribu india, muy a su pesar, tenía que acertar la cantidad de leña que precisaban recoger para pasar el invierno; de errar en más o menos, sería sacrificado, el siguiente en antigüedad tomaría esa responsabilidad.
Cabalgó hasta el teléfono más próximo y consultó con el Instituto Metereológico local cómo sería de duro el invierno, a lo que le respondieron que sería relativamente suave, con lo cual dio orden de recoger cien troncos.
No contento y temiendo por su existencia, a las dos semanas volvió a llamar, le comentaron que probablemente sería frío, lo que motivó la orden de doscientos troncos más.
Repitió con su contacto a la semana siguiente y le dijeron que sería muy duro, e inmediatamente pregunto “¿Cómo puñetas lo saben?”.
Muy fácil, los indios no paran de recoger leña. Fue la respuesta.
¿Por qué tememos sobre el futuro de las pensiones? ¡Porque la gente no para de contratar fondos al efecto, engañada por los bancos y por los gobiernos, que se pasan por el forro los Pactos de Toledo!
Que Luis de Guindos vaya a cobrar cinco veces su sueldo como vicepresidente del Banco Central Europeo se me antoja que allí, en Alemania, tiene que hacer mucho frío y es porque va a tener que comprar mucha leña también, que el resto de los indios vamos a pasar un jodido invierno.