El estallido de la burbuja de las criptomonedas en 2018 no sucedió de la nada. Hubo una serie de factores que sacudieron la confianza en el sector: incontables casos de fraudes financieros y estafas piramidales, así como el incremento de las presiones regulatorias.

En los albores de las míticas ICOs (Ofertas Iniciales de Monedas), uno de los temas más polémicos fue la implementación de la prueba de Howey para determinar si un Altcoin es un valor, sujeto a la regulación y supervisión de la SEC, o no. Ripple, en este contexto, lleva años en una demanda legal contra la SEC.

La empresa intenta demostrar que su token nativo efectivamente no es un valor y rechaza las acusaciones de la SEC. Es de añadir que la comunidad mantiene la fe en que el regulador estadounidense podría perder el caso contra Ripple porque no ha aportado pruebas concluyentes de que XRP sea un valor.

Mientras tanto, la presión sobre el sector sigue creciendo. La única diferencia es que el objetivo de la cruzada contra las criptomonedas hoy consiste en eliminar por completo la privacidad o, mejor dicho, el anonimato. Oficialmente, sin embargo, la regulación va dirigida a proteger a los inversores…

Sea como sea, como resultado de los “ataques”, una de las mayores bolsas de criptomonedas Kraken tuvo que suspender los servicios de steking para los clientes estadounidenses. Aparte, la compañía recibió una multa de 30 millones de dólares por ofrecer su servicio de staking como servicio sin registrarlo.

¿Qué es lo que no gustó tanto al equipo de Gary Gensler? Según los medios, el hecho de que la plataforma prometiera ciertos porcentajes y la falta de detalles sobre cómo utiliza exactamente la empresa las monedas de los usuarios.

En general, se rumorea que la SEC podría prohibir totalmente el staking de activos digitales para clientes minoristas. No está claro si el regulador daría ese paso, pero no hay ninguna duda de que la presión sobre el sector seguirá aumentando, incluso fuera de los EEUU.

Al parecer, incluso los stablecoins o criptomonedas estables no están protegidas de los tentáculos regulatorios. Hace poco, el Departamento de Servicios Financieros del Estado de Nueva York prohibió la emisión de nuevos tokens Binance USD (BUSD) a partir del 21 de febrero.

Se estima que BUSD representa casi el 35% de todo el volumen de operaciones en Binance, por lo que no es de extrañar que se retiraran de la plataforma monedas por valor de más de 700 millones de dólares en las primeras 24 horas.

Hablando de perspectivas, si el regulador demuestra en los tribunales que BUSD es un valor, otras stablecoins incluyendo, USDT y USDC también serán atacadas. Si llegamos a este punto es probable que el criptoinvierno se enfríe aún más.

A pesar de todo, los inversores tienen grandes expectativas para este año. El optimismo se debe a las esperanzas de que la Fed baje los tipos y se ralentice la inflación. Como resultado, el apetito de riesgo podría disparar, impulsando de forma significativa al mercado financiero digital.

El único problema es que, según las últimas intervenciones de los miembros de la Reserva Federal, el ciclo de subida de los tipos de interés continúe. También es verdad que la postura del regulador podría dar una vuelta en U si las presiones inflacionarias efectivamente se redujeran.

Resumiendo, el año de tigre negro de agua será crucial para la industria de criptomonedas y cotizacion del bitcoin. Es difícil decir exactamente cuáles serán las consecuencias, pero mantener grandes sumas en activos digitales no será la mejor estrategia. En el peor de los casos, las bolsas podrían empezar a tener problemas de liquidez.