Antes de que entraran los años 2000, la tasa de divorcios en España se mantenía relativamente baja. Allá por los años 80 se aprobó una ley de divorcio que facilitaba la separación en parejas casadas. No obstante, la figura de los divorciados seguía viéndose como algo extraño y casi siempre ajeno. La cosa cambiaría notablemente en 2005, con la aprobación de una revisada ley de divorcio que supuso todo un «boom».

Desde ese momento se aprobó la posibilidad de efectuar divorcios express sin separación previa, ni alegando motivos. Sería en 2015 cuando habría otro gan cambio con la revisión de las leyes de divorcios, dando el último paso hacia la facilitación total. La situación actual permite a las parejas que siguen juntas tener más claro que lo están porque se quieren, sin embargo, el número de divorcios ha aumentado considerablemente en el último año. ¿A qué se debe esto?

¿Por qué ahora hay más divorcios?

Los divorcios express están a la orden del día. ¿Quién no conoce alguien de su entorno que se haya divorciado? Hace años era algo muy excepcional y ahora lo excepcional es que una persona no tenga a nadie de su entorno separado o divorciado. Es algo completamente lógico. La idea tradicional de que el matrimonio es algo a mantener por encima de todo se ha ido disipando y, además, cada vez es más fácil tener acceso a la información necesaria para saber cómo proceder a la hora de divorciarse.

Todo está servido en bandeja de plata para aquellas parejas que ya no quieran seguir juntas tras haberse casado. No es que se invite a la ruptura, es que se invita a vivir con mayor tranquilidad y felicidad. Hay situaciones sentimentales que son plenamente insostenibles. Y eso, en el pasado implicaba seguir viviendo un matrimonio no deseado. En la actualidad, eso se acabó.

Ahora bien, el proceso del divorcio, si bien se ha vuelto más accesible, puede seguir siendo igual de complicado. Ambas partes deben negociar las condiciones hasta llegar a un punto equilibrado, pasar por la aprobación de un juez y, de por medio, pasar por todo un proceso que implica reuniones, discusiones y conversaciones con abogados. Afortunadamente, no es la única forma de proceder. Los divorcios exprés que hemos mencionado más arriba han simplificado todo esto desde que la ley cambió en 2015, aunque antes que ellos están los divorcios amistosos.

Abogados divorcio amistoso. Las tres palabras que debe de tener en cuenta si se quiere divorciar, pues siempre es necesaria la intervención de un abogado y siempre será mejor la tramitación del proceso amistoso. Por esta vía, el camino es más sencillo, de hecho, ambas partes pueden contar con el asesoramiento y apoyo de un mismo abogado, facilitando todos los trámites, acelerando el proceso y, en última instancia, haciendo que todo sea mucho menos traumático y más barato. Sin separación previa, sin explicaciones. Todo de mutuo acuerdo aunque haya niños menores de por medio. Es lo más fácil.

Los abogados han aportado su granito de arena

Los profesionales en derecho especializados en familias y divorcios no solo están ayudando a base de ofrecer un buen asesoramiento, sino también haciendo más fácil el acercamiento a ellos y el entendimiento de las situaciones que se dan en los procesos de divorcio. Parece un detalle nimio, pero, con la digitalización, el salto a las plataformas digitales ha creado un contexto mucho más amigable para quienes no tienen conocimiento alguno sobre asuntos legales y los requisitos de las separaciones.

Antes era mucho más difícil obtener información fiable y calidad en materia legal. Por eso, cuando alguien necesitaba ayuda o asistencia, tenía que pedir cita y acabar acudiendo al despacho de un abogado. Ahora no es necesario, gracias a las webs de los expertos, cualquiera con un mínimo de interés puede acceder a toneladas de publicaciones repletas de detalles, totalmente fiables y siempre actualizadas para estar al tanto de los constantes cambios del panorama jurídico.

Los despachos de abogados han reforzado enormemente su labor en este frente, asegurándose de contar, en la mayoría de ocasiones, con webs en las que ahondan en toda clase de procesos legales. Asesoran por esta vía, completamente gratis, y además aprovechan el potencial de difusión de las redes sociales para hacer saber a las personas que tienen sus puertas digitales abiertas con información y asesoramiento especializado.

La competitividad de los abogados de divorcios ya no solo se está dando en los despachos, ahora se ha trasladado a un plano digital en el que han descubierto que facilitar información es la mejor forma de atraer a quienes necesitan ayuda. Por suerte, el número de profesionales sigue en aumento, y esto está permitiendo a las personas poder decidir mejor si pasar o no por un divorcio, y animarse a ello en caso de ser necesario. Las herramientas están ahí, ahora más a mano que antes y con menos prejuicios a su alrededor.

Más divorcios, pero también más amor

Esta mayor facilidad para divorciarse puede, para muchos, ser un auténtico peligro para las relaciones matrimoniales. Sin embargo, que estas herramientas estén a disposición de todo el mundo y sean tan fáciles de manejar pone de manifiesto lo realmente fuerte que son aquellas parejas que deciden no divorciarse. Las que se mantienen juntas demuestran que, en efecto, lo suyo es amor y su familia está verdaderamente unida, no atada por necesidad o por miedo a las opiniones ajenas.

Separaciones más baratas, más sencillas y mucho más rápidas. La situación las ha propiciado así gracias a años y años de evolución en materia jurídica, pero también a la confluencia de los especialistas en derecho y de unas familias y una sociedad que cada vez tienen más claro que la felicidad siempre radica en uno mismo.

Es difícil vaticinar qué deparará a los matrimonios y divorcios en los próximos años, pero la evolución en todo lo que les rodea esa bastante clara. Habrá todavía más facilidades, como también todavía más parejas unidas por algo verdadero y no por el sentimiento de la tradición.