Cuando la tierra se cuida da sus frutos, la tierra es agradecida y con un poco de mimo, entusiasmo y voluntad, donde hasta hace apenas un año sólo había solares impruductivos y eriales descuidados ahora, gracias a la iniciativa del Ayuntamiento de Trigueros (I.U.) brotan con arrogante belleza tomates, pimientos, pepinos, lechugas, sandías o melones que serían la envidia de las mejores de las huertas nacionales.
Querer es poder, y la iniciativa municipal de convertir los solares municipales en huertos urbanos sociales y ocupacionales ha dado su primera cosecha y, para celebrarlo, los afanados hortelanos prepararon el pasado viernes una fiesta de convivencia para rendir tributo a la madre tierra que ha sabido agradecer con sus frutos el tesón y la dedicación con la que la han tratado. Sobre la mesa un agape compuesto de todo cuanto se ha recolectado de los huertos municipales, bien aderezado y regado con el vino de la tierra.
Con los huertos municipales, explotados por jubilados y desempleados de Trigueros, el pueblo está poniendo en valor la riqueza agrícola de esta zona de la campiña y demostrando que se pueden cultivar de forma ecologica, sostenible y tradicional una serie de productos cuyo resultado es de extraordinaria calidad, variedad y con interesantes perspectivas de futuro, además de sacar provecho de los solares públicos en lugar de que estos permanezcan desangelados y sin rendimiento. En Trigueros se puede decir que la historica frase de “la tierra para quien la trabaja” es una realidad palpable y con deliciosos resultados.