CALLE PUERTO
Fernando Infante

[Rafael Pérez Unquiles]

Positivo, con principios, coherente, trabajador incansable. Íntegro. Un luchador que plantaba cara a todas las situaciones con argumentos y razonamientos que calaban en la opinión pública. Así era Fernando Infante, además de una persona extraordinaria. Conocía como pocos la realidad onubense y lo demostraba a diario en sus permanentes colaboraciones en tertulias radiofónicas y televisivas. Siempre estaba dispuesto. Bastaba una llamada para contar con él, con su buen hacer y su erudito saber. Sin duda era un tertuliano de gran nivel y preparado, mucho más que otros que escuchamos en programas nacionales todas las mañanas. Tenerlo al lado ha sido un enorme privilegio.

La vida me ha permitido conocerlo, compartir con él muchas horas en las que hemos analizado los conflictos a los que se enfrenta esta tierra. Y sus posiciones han sido siempre para mi un referente. Su clarividencia política permitía desarrollar amenas e interesantísimas tertulias. Me pongo a recordar y se me agolpan muchas de las cuestiones sobre las que debatió con intensidad. Las banderas que enarbolaba las defendía con datos, pero también con pasión. Los trabajadores de los desaparecidos Astilleros de Huelva, por ejemplo, deberían hacerle un homenaje porque si hubo una persona en esta ciudad que batalló por la permanencia de la industria naval fue él.

También es responsable de grandes iniciativas que calaron profundamente en los españoles, como la propuesta de la cadena perpetua revisable. Quizás fuera esta cuestión la que le costó el liderazgo de Unión Progreso y Democracia en Huelva. A Rosa Díez, que ya saben ustedes no es persona de equipo, no le gustó que en un cónclave nacional de UPyD Fernando pusiera esta propuesta encima de la mesa. Y desde entonces cayó en desgracia. Y con él, su partido en Huelva, porque visto lo ocurrido queda claro que sin Fernando Infante careció de tirón electoral.

Con Fernando otro gallo hubiera cantado. Estoy convencido de que los resultados de las últimas municipales habrían sido bien diferentes de concurrir como cabeza de cartel. Entre otras razones porque gozaba de un excelente cartel. Y creo de la misma forma que Fernando Infante era la persona adecuada para encarnar la candidatura de UPyD a la Presidencia de la Junta de Andalucía. Sin embargo, Rosa Díez prefirió estrellarse. He tenido ocasión de hablar con líderes andaluces de UPyD y ninguno entendía cómo se prescindió de Fernando Infante. Yo, en cambio, sí lo entiendo: la señora Díez no quiere a personas que le hagan sombra y piensen por sí mismas. Prefiere a solícitos borregos.

Ese es el problema de UPyD y también del resto de los partidos. Lo que se valora a la hora de promocionar a alguien es la denominada disciplina interna. Es decir, el apesebramiento. Y de eso Fernando sabía muy poco. Si fuera de otra manera, es decir, si los partidos quisieran en sus filas a gente preparada y con personalidad se habrían dado tortas por Fernando. Sin embargo… ya ven ustedes.

Jurista de múltiples facetas, profesor de Derecho Civil en la Universidad de Huelva, político de raza, analista de la actualidad. Y también marido, padre y amigo de sus amigos. Todos nos quedamos sin él. Y es duro. Muy duro. Sí. Pasará mucho tiempo antes de deje de pensar en él cuando precise de un buen consejo. Porque hombres como Fernando no abundan. Hoy, lamentablemente, hay que escribir con todas las consecuencias que la pérdida que ha sufrido Huelva es en verdad irreparable.