(Firma: Carmen Ramos) Antes del verano hablaba por Messenger con una amiga. La noté triste, a pesar de que acababa de dar por terminado un poemario. Me dijo que lo iba a guardar en un cajón, que tenía la impresión de que nadie le hacía caso y de que no merecía la pena tanto esfuerzo. Semanas antes yo había enviado un mail a una consagradísima poeta andaluza a la que leo y admiro, con el fin de darle la enhorabuena por su último libro y le pedí que me tuviera al tanto si hacía alguna presentación. En su respuesta me agradecía mi correo y mi lectura y, cuál fue mi sorpresa, me aseguraba que no lo iba a presentar porque de la presentación de su anterior libro ni se hicieron eco en la prensa local y apenas tuvo público. La última Feria del Libro a la que asistí fue en Madrid en junio de 2019. Las colas eran kilométricas para los personajes más mediáticos. Mientras, algunos autores y autoras consagrados, entre ellos algún Premio Nacional de Literatura, permanecían casi solos en sus casetas refugiándose del calor, que era mucho a ciertas horas.
Todas las personas de las que he hablado en mi párrafo anterior tienen en común haber superado los cuarenta años. Y eso te convierte irremediablemente en invisible. Si además eres mujer, doblemente invisible. Y con esa ceguera nos estamos negando una poética, nos estamos negando una visión del mundo, una cosmogonía que no comienza hace diez años, sino mucho más atrás. Imaginaros que a la Historia le diéramos un tijeretazo, por ejemplo, en los años veinte del siglo pasado y solo existiera lo que los historiadores nos cuenten desde entonces hasta acá. Cien años. Nada de los dinosaurios, nada de la Gioconda, nada de la Toma de la Bastilla. Pues, con la poesía escrita por mujeres puede estar sucediendo lo mismo. Nos estamos perdiendo todo ese poso, toda esa genealogía. Y eso se nota: últimamente, salvo raras excepciones, tengo la impresión de que ese poema ya lo he leído antes en otra parte. Y me aburro y termino dejando el libro a medio terminar encima de la mesilla de noche.
No es mi intención desmerecer la poesía joven, que es abundante y con destellos de gran calidad: ahí están Rosa Berbel, Belén M. Rueda, Laura Estrada o la onubense Estela Rengel. Pero sí, podemos intentar por un momento apagar el foco que las alumbra, dejarles reposar y notar que ahí, a su lado, hay unas poetas maravillosas que te hablan de cosas que si eres joven te van a suceder y si no lo eres te han sucedido ya: el paso del tiempo, la maternidad (tanto si la hubo como si no) las decepciones, el amor que vino y se fue o el amor que se quedó para siempre, la precariedad, las dudas… porque estas dos últimas por mucho que pasen los años nos van a acompañar siempre. No podemos dejar que sea la edad, a fin de cuentas, un número, lo que determine qué está a este lado y qué al otro. Aún tenemos mucho que aprender y juntas es mucho mejor.
El próximo 18 de octubre se celebra en España el Día de las Escritoras, coincidiendo con el lunes más próximo a la festividad de Santa Teresa de Jesús. Y durante todo el mes con el hastag #LeoAutorasOct enseñamos en nuestras redes sociales las portadas de los libros escritos por autoras que estamos leyendo o que nos gustaron y recomendamos. Constituyen todas un magnífico crisol, una especie de caleidoscopio que ilumina y alimenta mi libreta de “Lecturas pendientes”. Cuando veo que recomendáis mujeres que pasan o que pasaran cerca de la Lettera la sonrisa se me enciende. Ojalá entre esas fotos esté la portada del libro de mi amiga, que finalmente no se ha quedado inédito en el cajón. Ojalá la poeta andaluza presente su libro pronto. Feliz Octubre. Felices lecturas.
El Día de las Escritoras es una conmemoración iniciada en España en octubre de 2016 por iniciativa de la Biblioteca Nacional de España, la Asociación Clásicas y Modernas y la Federación Española de Mujeres Directivas, Ejecutivas, Profesionales y Empresarias (FEDEPE) para recuperar el legado de las mujeres escritoras, hacer visible el trabajo de las mujeres en la literatura y combatir la discriminación que han sufrido a lo largo de la historia. La celebración, de carácter anual, se convoca el lunes más cercano a la fecha del 15 de octubre, festividad de Santa Teresa de Jesús.
