La decisión del presidente del tribunal en el que se enjuicia a Bernardo Montoya, como presunto autor del asesinato de Laura Luelmo, de celebrar la vista a puerta cerrada y sin acceso a los medios de comunicación está teniendo como efecto indirecto el que el abogado de la defensa, Miguel Rivera, se haya convertido hasta ahora en la única fuente informativa del proceso.
La actitud del abogado de la acusación particular, Francisco Luelmo, tío de la víctima, dista de la que está teniendo el de la defensa de Montoya. Mientras que el primero ha pedido hoy a los medios de comunicación que se deje trabajar al tribunal y no ha respondido a ninguna pregunta, el segundo ha explicado cómo en las comparecencias de los peritos de la jornada de hoy miércoles «no ha habido ninguna cosa» que incrimine a su defendido «en la violación», tal como recogen distintos medios de comunicación.
Lo que llama la atención de tan distinto proceder es que ambos abogados fueron partidarios de que el juicio se celebrara a puerta cerrada. El presidente del tribunal, en un auto del que ayer nos hacíamos eco, ha considerado que el derecho a la intimidad de la víctima, el respeto debido a la misma o a su familia estaba en esta ocasión por encima del derecho a la información.
El abogado de Montoya ha sido este miércoles tan concreto que incluso ha llegado a afirmar, y recogen distintos medios, que «no se han encontrado restos de semen en el cuerpo», pero «sí restos biológicos» que «pueden proceder de cualquier fuente», lo que considera que les da «la esperanza de someterlo a contradicción».
El hecho de que hubiera o no violación tiene relevancia de cara a que se le pueda aplicar o no la condena de prisión permanente revisable a Bernardo Montoya, en el caso de que fuera declarado culpable por el jurado popular del asesinato de Laura Luelmo.
