El jurado popular ha declarado culpable por unanimidad a Bernardo Montoya por el crimen de Laura Luelmo, en diciembre de 2018 en El Campillo, donde se había trasladado a vivir la joven profesora zamorana al haber comenzado a dar clases en el instituto de Nerva. El jurado entiende que el acusado es culpable de asesinato, agresión sexual y detención ilegal.
Tras esta decisión del jurado popular, tanto la Fiscalía como las acusaciones que ejercen la familia y la Junta de Andalucía han mantenido las peticiones de pena realizadas en el día de ayer, por lo que el acusado se enfrenta a la petición de prisión permanente revisable por el asesinato, 20 años por el secuestro y 12 por la agresión sexual.
El acusado fue detenido el 18 de diciembre de 2018, un día después del hallazgo del cuerpo de la profesora en la zona de Las Mimbreras, en las afueras de la localidad minera de El Campillo, donde residía en la misma calle que la joven asesinada.
El juicio se ha celebrado a puerta cerrada, por lo que no se conocen detalles de las intervenciones de los peritos, forenses y agentes de la Guardia Civil que investigaron el caso, pero resulta obvio que dada la unanimidad del jurado las pruebas presentadas han sido más que suficientes para la condena por todos los delitos de que Montoya estaba acusado. Este tan solo ha admitido en el juicio, según ha explicado su abogado, que transportó el cuerpo de la joven, pero que la autora del crimen fue una anterior pareja suya.
AGRADECIMIENTO DE LA FAMILIA
Francisco Luelmo, tío de Laura Luelmo y abogado de la acusación particular, ha leído un comunicado en nombre de la familia ante la puerta de la Audiencia Provincial. La familia ha mostrado su agradecimiento a todos los profesionales implicados en el caso, así como a los vecinos de El Campillo, en especial a la persona que encontró el cuerpo de la joven, y al Ayuntamiento de la localidad minera.
Por último, ha agradecido la comprensión de los medios de comunicación que «han entendido que, para la familia Luelmo Hernández, su intimidad y la de Laura (aunque ya no esté), es trascendental».
