El delegado territorial de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul, Pedro Yórquez, ha soltado al medio natural un ejemplar de águila culebrera (Circaetus gallicus) encontrado ejemplar hallado con cuadro de debilidad y deshidratado en el Castillo de Cala por un particular el 4 de abril y rehabilitado en el Centro de Recuperación de Especies Amenazadas (CREA) de Marismas del Odiel.
La suelta se ha llevado en las inmediaciones del lugar en el que se halló al ser una especie que ocupa el mismo territorio año tras año para su reproducción. Pedro Yórquez ha estado acompañado por el presidente de la Junta Rectora del Parque Natural de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche, Antonio Plaza, y por responsables del CREA y del cuerpo de Agentes de Medio.
El delegado ha señalado que “el águila culebrera es un animal muy territorial. Después de su etapa migratoria vuelve a su lugar de cría, donde ha criado el año anterior. De ahí que se suelte en el entorno en que fue encontrado”. Yórquez ha agradecido la colaboración “del vecino que halló al águila porque llamó inmediatamente al 112, y se activó el protocolo para la recogida”.
“También – ha agregado- quiero destacar el trabajo del CREA, centro que atiende anualmente muchos animales, que, tras su sanación, regresan al medio natural, y al Ayuntamiento de Cala por facilitarnos la suelta en este lugar tan emblemático como es el Castillo”.
El águila culebrera es una rapaz de gran tamaño que se caracteriza por una cabeza ancha, ojos de color amarillento a anaranjado en función de la edad y situados muy frontalmente a diferencia de otras rapaces diurnas para localizar mejor a sus presas, las culebras, animales de pequeño tamaño y muy móviles.
Otras adaptaciones de este ave, debido a su alta especialización en cuanto a su dieta se refiere, son el pequeño tamaño de sus fuertes garras para agarrar mejor a las presas, las escamas de los tarsos y el denso plumaje les permite defenderse de las serpientes.
Posiblemente la causa de la debilidad se deba a que se trata de un migrador transahariano que llega antes de la temporada de cría a la Península Ibérica entre los meses de marzo y abril y llegó agotada de su viaje en el que recorre una media de 200 kilómetros al día.
El ejemplar se ha liberado con anilla metálica que permitirá identificarla individualmente y con anilla de PVC de lectura a distancia.
Como novedad porta un emisor GPS integrado dentro de un Proyecto INDALO, proyecto europeo de creación de redes de seguimiento de biodiversidad en el que participa la Agencia de Medio Ambiente y Agua, con el que se pretende realizar el seguimiento de especies protegidas con la idea de conocer cómo les afecta el cambio global, entendiendo los cambios que sufre su hábitat en cuanto a su transformación, destrucción y el cambio climático.