Un total de cuatro personas, entre familiares y amigos de Ruth Ortiz, la madre de los dos hermanos asesinados en Córdoba por su padre José Bretón, declaran este miércoles a partir de las 11,30 horas en los juzgados de Huelva como imputados por un presunto delito de coacciones hacia familiares de éste tras ser denunciados por su hermano Rafael Bretón, que reside en Tomares (Sevilla).
Concretamente, las implicadas son siete personas, de las que ya han declarado tres, y están imputadas por las concentraciones protagonizadas frente a la vivienda del denunciante cuando se investigaba la desaparición de los pequeños.
Según han informado a Europa Press fuentes judiciales, estas declaraciones se están practicando después de que el Juzgado de Instrucción número 5 de Sevilla comunicara un exhorto para que pudieran prestar declaración en Huelva, ciudad donde viven.
Cabe recordar que, en un principio, estos familiares y amigos fueron absueltos tras admitir un recurso de apelación contra la sentencia que los condenaba al pago de 80 euros, sin embargo el pasado mes de febrero la Sección Séptima de la Audiencia Provincial de Sevilla estimó otro recurso presentado por Rafael Bretón contra este auto absolutorio, por lo que volvieron a estar imputados.
En el citado auto, la Audiencia discrepa de la magistrada y recuerda que, pareciendo por el tenor de los autos, se barajó por el juzgado en algún momento la posibilidad de que los sucesos pudieran encuadrarse «no solo en un delito de coacciones», apuntando posible delitos de lesiones psíquicas.
Asimismo, indica que, una vez examinadas las actuaciones, las resoluciones y el recurso interpuesto por el abogado de Rafael Bretón, Simón Fernández Rebollo, y vista las grabaciones que reflejan parte de los incidentes denunciados, se estimó que la apelación interpuesta debía prosperar. La Audiencia se mostró contraria al fallo del Juzgado de Instrucción número 5 de Sevilla y consideró que los hechos denunciados revelan «una entidad que los aleja de la simple falta a la que había quedado reducida».
«No se trata, según aparecen en autos, de un mero, puntual y fugaz seguimiento, ni siquiera de una sola concentración en las puertas de su domicilio, si no que se está denunciando, y habrá de investigarse, una conducta repetida de hostigamiento contra unas personas que no estaban sometidas a ningún proceso penal que constara, a los que se les insulta, se les concentran en la puerta de su casa, atribuyéndoles públicamente una conducta de ignominioso silencio en unos lamentables sucesos», recogía el auto de la Audiencia, que señaló que estos actos «tuvieron la conveniente difusión mediática para imprimirles un plus de vejación, sin reparar en la existencia de menores de corta edad».