La editorial Karima se hace con los derechos de la novela Mujer Disoluta, la opera prima del escritor rocianero Francisco Palomo, que tan buen éxito de público y crítica ha cosechado en el mundo editorial.
La obra arranca cuando Dana, una joven inmigrante Rumana, viaja hasta España para reencontrarse con su medio hermano, con quien rememora sus años de juventud y su «estancia en una disciplinada academia de baile, en la que la protagonista fue una alumna brillante». Ya en Península, sus planes dan un giro inesperado en su afán por recuperar un amor perdido en la niñez y reconciliarse con una vieja amiga que ejercía la prostitución, con quien los vínculos afectivos se rompieron por algo más que la distancia física que los separaba.
Bajo este tapiz el escritor y abogado tejen una historia que tiene todos los ingredientes para enganchar al lector. Valiéndose de con una narrativa ágil y directa, Palomo sazona cada capitulo con brillantes recursos literarios para que la acción y el interés se mantenga en cada línea, con independencia del género literario que seduzca al actor.
El escritor y abogado rocianero utiliza su dilatada trayectoria profesional para construir un retrato que, aun ficticio, plasma con enorme precisión las interioridades de las organizaciones criminales, las redes de prostitución y el modus operandi que las rige.
Palomo considera que la confianza de su nueva editorial supone un nuevo espaldarazo a una historia que ha calado muy hondo en la comunidad rumana que reside en la provincia de Huelva, gracias una historia evocadora.
Mujer disoluta se financió en un primer momento a través del crowfunding y, en consecuencia, fue fruto de la apuesta inequívoca de los lectores, que tuvieron oportunidad degustar un bocado de la novela con la lectura del primer capítulo. Tras lograr los objetivos de financiación, Pentian dio luz verde a una primera tirada, cumpliendo con todos aquellos clientes que encargaron la novela.
Con estos antecedentes comerciales, la publicación da ahora el salto a una editorial de corte ‘clásico’ como Karima, que distribuye la pieza literaria por los circuitos tradicionales, librerías y grandes superficies que sigue plantando cara al libro electrónico.
