(Firma: Paco Morán) Pasó Marc Martínez por el Colombino y dejó la gran estela de caballero profesional que es. Muchos aplausos y pocos pitos recibieron al portero menos goleado de todas las categorías profesionales de fútbol español. Y como no podía ser de otra manera, Marc estuvo en señor sin celebrar el gol de su equipo y aplaudiendo a los aficionados que le aplaudían, sobre todo, a los chicos de la grada de animación.
Los poquitos que pitaron lo hicieron por la desinformación que tienen respeto al ex portero del Recre. Marc ha dicho 200.000 mil veces que se fue al Cartagena porque no le quisieron renovar en el Decano. Como testigo está el secretario técnico Zamora, quien le dijo que si tenía una oferta del Cartagena que la aceptara.
Pero no voy a repetir lo que tantas veces ha dicho Marc, sino analizar su gran estilo ante la que fue su afición. Se ha llevado toda la semana deshaciéndose en elogio sobre la afición decana. Le deben dinero y el hombre no ha montado el pollo. Se llevó cinco meses sin cobrar y su equipo fue primero de grupo el año pasado. De su comportamiento en el vestuario y de su gran personalidad, poco puedo decir que sus compañeros no sepan.
Por ello me encantó acabar mi trabajo, ir al parking del Colombino a saludarle y verle como se hacía cientos de fotos con los aficionados del Recre. Porque los grandes hombres que miran a los ojos y van de frente, siempre tienen su recompensa.
Cuando alguien te diga de palabra lo que de verdad siente, créelo, porque está siendo sincero. Pero tened cuidado amigos, porque desde la desconfianza y el desconocimiento, tus decisiones serán erróneas.
Muchas personas deberían conocer y luego juzgar. No porque te digan que el fuego y el hombre destrozan la naturaleza pura y viva, tienes que desconfiar de todo el hombre. Tienes que ver si hay fuego antes de salir huyendo. No huyas porque te lo digan.
Marc es un caballero y por eso mi oda al hombre y al profesional. Cierto es que le observé durante el partido en todos los momentos y siempre fue respetuoso hasta incluso con los cuatro que le pitaban y los poquitos que le llamaron mercenario, cuando se fue del Recre por la sencilla razón de que no lo querían. Porque desde el minuto, la clase política que gobierna el Decano, ha querido romper el organigrama que el pasado año lograba ser el mejor equipo del Grupo IV de Segunda B.